PRONÓSTICO EXTENDIDO

Bolsonaro electo como nuevo presidente de Brasil: Prometió que va a «cambiar el destino de Brasil»

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En sus primeras palabras tras ser electo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro brindó un mensaje con tono marcial y referencias religiosas. Prometió que va a «cambiar el destino de Brasil» y sentenció: «No podemos seguir coqueteando con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de izquierda».







«Juntos vamos a cambiar el destino de Brasil», afirmó el excapitán del Ejército de 63 años en un discurso por las redes sociales, con tono marcial y referencias religiosas, transmitido por la televisión.

«No podemos seguir coqueteando con el socialismo, el comunismo, el populismo y el extremismo de izquierda», agregó al celebrar su victoria con un 55 por ciento de los votos por encima del candidato del PT, Fernando Haddad.

“Sabíamos para donde estábamos yendo, ahora sabemos para donde queremos ir, mi querido pueblo brasileño, muchas gracias por la confianza», dijo el ultraderechista en su primera manifestación pública.







Luego prometió defender «la Constitución, la democracia y la libertad» en Brasil. «Ustedes serán mis testigos de que este gobierno será un defensor de la Constitución, de la democracia y la libertad. Es una promesa no de un partido, no es la palabra de un hombre, es un juramento ante Dios», expresó.

En materia de política exterior, el próximo jefe de Estado brasileño aseguró que «liberará» la Cancillería de relaciones con «tendencia ideológica» y recuperará el «respeto internacional» por el país sudamericano.

Habló de fomentar las relaciones bilaterales con los países centrales y omitió mencionar al Mercosur.

Antes de leer el «discurso de la victoria», como el mismo calificó, Bolsonaro oró delante de las cámaras de televisión junto a sus correligionarios, entre ellos el pastor evangélico Magno Malta, uno de sus más fieles seguidores.

El senador Malta agradeció a Dios por «librar» a Brasil de los «tentáculos de la izquierda» y pidió ayuda para luchar contra la corrupción.

Mientras tanto, frente a la casa de Bolsonaro, en una zona acomodada de Rio de Janeiro, los gritos de emoción y alegría de sus seguidores se mezclaron con un gran alboroto de fuegos pirotécnicos.