PRONÓSTICO EXTENDIDO

Brasil decide su futuro entre el progresismo y la extrema derecha

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Más de 147 millones de brasileños están habilitados a emitir su voto hoy para elegir la fórmula que gobernará en los próximos años a una nación que se encuentra quebrada al medio mientras su político más importante, Luis Inácio Lula da Silva, está preso.







Las elecciones de este domingo también disputan gobernadores en los 26 estados del país y el Distrito Federal. Además, 567 bancas en el Congreso (54 de 81 escaños en el Senado y los 513 de Diputados).

Se trata de un comicio central en el que se debaten dos modelos de país y de vida. Uno, encabezado por Fernando Haddad, quien había sido eledigo por Lula como acompañante en la fórmula que el expresidente encabezaba hasta que la Justicia dispuso la prohibición de su postulación debido a que confirmó en segunda instancia la prisión en una dudosa causa por corrupción.

El otro, Jair Bolsonaro, ultraderechista que, entre una decena de momentos condenables, dedicó su voto por el impeachment a Dilma Rousseff al militar que la torturó en la cárcel.







Así está Brasil hoy, dividido entre dos candidatos que proponen países, estilos de vida y futuros diametralmente opuestos.

Este domingo el primero en votar de los dos postulantes fue el hombre que tomó la posta de Lula en la fórmula del Partido de los Trabajadores, quien sufragó en Sao Paulo. Más tarde, el ultraderechista lo hizo en Río de Janeiro.

«Hay que encomendarse a Dios y pedirle más sabiduría para hacer un Brasil diferente», dijo Bolsonaro a la prensa luego de votar, remarcando el perfil católico que motorizó durante la campaña.

Las encuestas previas indican que el candidato filonazi gana la primera vuelta pero con pasaje a un balotaje (previsto para el 28 de octubre) que por el momento resulta impredecible, ya que su candidatura recoge fuertes rechazos a lo largo de todo Brasil.

El tercer favorito entre los candidatos es el laborista Ciro Gomes, que tiene entre el 13 % y el 15 % de las intención de voto y que por el momento no dio señales de que fuera a apoyar a alguno de los dos seguros contendientes del balotaje.