PRONÓSTICO EXTENDIDO

Peppo y Urtubey rubricaron convenio para la protección de los niños de los pueblos originarios

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El gobernador Domingo Peppo y su par salteño, Juan Manuel Urutubey, firmaron convenios con UNICEF en el marco de la adhesión del Chaco a la Mesa Interministerial de Pueblos Indígenas -MIMPI-. “Estamos avanzando en el camino correcto para mejorar la calidad de vida de una parte de la población muy postergada”, expresó Peppo.

El objetivo de este convenio es la implementación de sistemas que permitan la actualización permanente de información e indicadores para garantizar el acceso a los programas de seguridad social (asignaciones directas, salud y desarrollo) y el abordaje de políticas públicas efectivas en el territorio con un enfoque específico sobre los niños, niñas y adolescentes y las familias más excluidas.

EN EL IMPENETRABLE

Las acciones se desarrollarán en una primera etapa con la Comunidad Wichí de El Sauzalito, incluyendo los siete pueblos que lo componen (Fortín Belgrano, Tartagal Tres Pozos, Vizcacheral, El Sauzalito; Wichí El Pintado), sumando luego a las comunidades establecidas en los municipios de Misión Nueva Pompeya y Fuerte Esperanza.

A partir de este acuerdo, UNICEF coopera con los gobiernos durante el período 2016-2020 en la puesta en práctica de políticas de estado de infancia, adolescencia y mujer que sean acordes con la Convención sobre los Derechos del Niño que serán priorizadas por el gobierno provincial.

“Ambos gobiernos queremos un Estado presente que tenga articulación y genere redes para lograr respuestas rápidas a las demandas”, expresó Peppo.

En ese sentido el gobernador chaqueño consideró que el motor de la transformación, sobre todo en provincias postergadas como las del Norte, es poder llegar a las familias y al entorno de los y las niñas y modificarlo. ‘Tenemos que darles los recursos mínimos y las posibilidades de adquirir habilidades en un mundo competitivo y exigente‘, señaló.

Urtubey celebró la firma del convenio. “Este trabajo implica un cambio de paradigma para empezar a atender a la administración pública desde el beneficiario de la acción y no desde quien la provee. Es empezar a hacer el ejercicio intelectual de cómo pensamos al Estado mirando desde el ciudadano y no desde el Estado”, marcó.