PRONÓSTICO EXTENDIDO

Legisladores nacionales homenajearon a Rosa Grillo, la última sobreviviente de la Masacre Napalpí

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Este miércoles por la mañana, en el anexo de la Cámara de Diputados de la Nación, las legisladoras por el Chaco, Lucila Masin y Analía Rach, junto a la senadora María Inés Pilatti Vergara, encabezaron un sentido homenaje a Rosa Grilo, miembro del pueblo qom y última sobreviviente de la masacre de Napalpí.







Durante el reconocimiento a la centenaria sobreviviente se enfatizó la necesidad de visibilizar uno de los episodios más sangrientos de la historia Argentina.

“Me hace doler el corazón cuando preguntan por mi papá y esto a mí me duele porque yo no lo pude conocer”, confesó Grilo, quien atestiguó siendo una niña de 7 años, la matanza realizada en 1924 por la policía del Chaco bajo las órdenes del por entonces gobernador Fernando Centeno.

El genocidio, en el que le arrebataron la vida al padre de Grilo y las de aproximadamente unas 700 personas, incluidas mujeres, ancianos e infantes, se encamina al juicio a partir de un requerimiento que hará la Fiscalía Federal de Resistencia y para el cual Grilo brindó recientemente su testimonio.

Compromiso con la Verdad







“Nos parecía importante homenajearla como una muestra de reparación histórica de lo que atravesaron y aún hoy, siguen atravesando nuestras comunidades indígenas”, sostuvo Masin y en esa línea subrayó el perdón formal hecho en 2008 por el Estado provincial ante los crímenes cometidos contra los pueblos originarios.

“Esto es parte de ir recapitulando procesos de investigación para que estos crímenes no queden impunes, para que también podamos decir Nunca Más al genocidio de hermanos y hermanas indígenas de las etnias qom, wichí y moqoit que habitan en nuestra provincia” puntualizó la legisladora.

En tanto que su par en la Cámara Baja, Analia Rach recordó que “fue con la llegada de Néstor y la continuidad de Cristina Kirchner que se inició un período marcado por una política muy fuerte en materia de Derechos Humanos”, y contrastó esta visión reparadora con la actitud que el mismo Parlamento tuvo ante la masacre en 1924 cuando, ante las pruebas irrefutables del genocidio, se decidió desestimarlas.

Por último, Rach reafirmó el “firme compromiso con la recuperación de la memoria histórica y la búsqueda de verdad y justicia sobre lo sucedido”.