La formalización del pase del Senador por el  peronismo de Rio Negro Miguel Angel Pichetto a las filas de Cambiemos abre el interrogante sobre el futuro de la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia que el senador conduce de hecho desde hace muchos años.

Si bien la renuncia del tránsfuga al bloque del PJ en el Senado debería implicar su inmediato reemplazo por un compañero/a de bancada, la resistencia que estaría dispuesto a ejercer para mantenerse en los espacios a los que accedió en representación de la oposición no garantiza ese final.



La Bicameral, que históricamente tuvo hasta ahor un rol pasivo ante las tropelías del aparato de inteligencia argntino y que a regañadientes accedió a recibir al juez federal Alejo Ramos Padilla por su investigación sobre el aparato de espionaje paraestatal, tiene pendiente de respuesta un pedido del juez Luis Carzoglio para declarar y mostrar el borrador del pedido de detención del dirigente camionero Pablo Moyano que dos enviados de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) le entregaron en su despacho, previa aclaración de que “el presidente de la Nación (Mauricio Macri) estaba interesado” en que se concretara.



Como en el caso del Consejo de la Magistratura, Pichetto ya desafió a sus ex compañeros de bloque a que si tienen “algún problema” en que usurpe la representación “pueden recurrir al camino judicial y lo discutiremos ahí, que es un escenario que me gusta mucho”. Allí veríamos ver una cuestión intra poder y la eterna dicotomia entre lo reglado por la fría letra de la norma y la legitimidad, esta ultima en verdad, por momentos muy vapuleada.

Sobre la Bicameral de inteligencia, que el oficialismo controlaba de hecho por el apoyo de ese mismo bloque, no se pronunció. Sus ex compañeros deberían decidir el martes el nombre del reemplazante.

El oficialismo rechazó un pedido de la minoría kirchnerista para citar a Carzoglio pero nunca se pronunció sobre el planteo que hizo el propio juez para relatar la visita de los enviados de la AFI.

“No sé si me va a llamar la Comisión a declarar”, se permitió dudar hace ya dos meses. La Bicameral postergó la reunión prevista para el último jueves y sus miembros le auguran poca actividad en lo que resta del año.