PRONÓSTICO EXTENDIDO

Las imperdibles anécdotas de Diego Maradona en la Isla del Cerrito

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Gastón Granados, quien acompañó a Diego en aquel recordado viaje de pesca, en 2012, contó algunos detalles.

En julio de 2012, Diego Maradona se hizo una sorpresiva escapada a la Isla del Cerrito, para unas jornadas de descaso y pesca en la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay, junto a su padre, Don Diego, y Gastón Granados, amigo del ex capitán de la Selección.

Esa inesperada visita al Chaco se produjo en épocas en que el Diez era DT del Al Wasl de Emiratos Árabes, y dejó algunas imperdibles anécdotas. Según los recuerdos, Maradona se mostró de muy buen humor, no acpetó dar entrevistas con medios, pero sí accedió a sacarse algunas fotos con la gente del lugar. También recibió la visita del gobernador Jorge Capitanich.

Gastón Granados, hoy intendente interino del partido bonaerense de Ezeiza, era muy amigo de Diego por aquella época, y fue el acompañante de Maradona en aquella travesía que significó dejar por unos días el desierto árabe y la majestuosidad de Dubai para ir un par de días a pescar al río Paraná.

CÓMO SE GESTÓ EL VIAJE AL CERRITO

En una charla con Alejandro Fantino, Granados contó que uno de los objetivos de ese viaje era intentar restablecer el vínculo entre Diego y su padre, que estaban algo distanciados.

«Diego quería ir a pescar para arreglarse con Don Diego, y me dice para ir a Paso de la Patria, y yo le dije: ‘Diego, en Paso de la Patria no conozco a nadie, pero soy amigo del intendente de la Isla del Cerrito, le digo a él y vamos'», contó.

LA CAMA Y EL TELEVISOR DE ‘JOSELO’ GARCÍA

Llegaron por la noche y se alojaron en la Residencia del Gobernador en la Isla del Cerrito. “Es una casa grande, pero muy antigua, y nos encontramos con unas camas muy chicas, de 50 centímetros o menos. La matrimonial se la dejamos a Don Diego, el padre de Diego, y nosotros fuimos a la otra habitación, pero Diego no entraba en la cama, y me dijo: ‘O me cambiás la cama, o nos vamos”.

“Entonces, lo tuvimos que llamar al intendente (José Luis García), y le dije: ‘Mire, intendente, nos tiene que cambiar la cama’. Y el intendente me dice: ‘Pero ahora dónde compramos una cama’, y entonces le dije: ‘No sé, pero necesitamos otra, o Diego levanta las cosas y nos vamos’. Y así fue que el intendente fue a buscar la suya a su casa”, relató.

Eso no fue todo. Esa noche jugaba Boca un partido, y que “Diego comenzó a ‘relojear’ por toda la casa y notó que no había televisor”, así que volvieron a hablar con García, y el dijeron ‘intendente, no hay tele’, por lo que el jefe comunal tuvo que llevar el televisor de su casa para que Maradona pudiera mirar el partido de Boca.

LA PESCA Y EL CHAMAMÉ

 Al otro día, salieron de pesca, en lancha, Maradona, Don Diego y Granados. “Mientras navegábamos, íbamos con la radio al mango, una radio local escuchábamos”, contó. “Todos caña en mano, pasaba el tiempo, y nada. Todos en silencio. Una tensión en el momento. Y de pronto, en la radio suena un chamamé, y Diego se levanta, tira la caña a la mierda, y dice: ‘Escuchá, viejo, Kilómetro 11’, y ahí se abrazan los dos y ponen a llorar, y nos abrazamos todos, hasta con el guía arriba de la lancha. Felicidad total, hasta que termina el tema. Y cuando termina, Diego dice: ‘Ponelo de nuevo’. Pero era radio. ‘Ponelo de nuevo’, repite él. Todo esto en medio del Paraná. Así que otra vez: ‘Intendente…’”.

 “Así un rato, hasta que conseguimos el teléfono de la radio, y llamamos muy correctamente y le decimos: ‘mirá, recién pasaron el chamamé Kilómetro 11… ¿no lo podrían poner de vuelta?, estamos acá en el río, pescando con Diego Maradona’, y del otro lado no creían, entonces le paso el teléfono a Diego y le dice: ‘Hola, habla Diego. Podés poner Kilómetro 11 de vuelta, por favor’, y le corta. Lo pasaron como 17 veces seguidas después”, relató.