PRONÓSTICO EXTENDIDO

17 de noviembre de 1972: «El día del paraguas», por Mali Serrano

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Ante el pronto aterrizaje se le informó: “Señor general, señora, señores pasajeros: en estos momentos comenzamos a sobrevolar territorio argentino.” A ello el General Perón respondió: “Yo les pido a los compañeros que comparten este trascendental momento que de ahora en adelante y cuando aterricemos en el suelo de la patria, no se entone otra canción que no sea el Himno Nacional.ra

El regreso de Juan Domingo Perón en 1972 fue un triunfo global, no sólo del peronismo en Argentina. Más que el triunfo del propio Perón, lo fue del peronismo, del conjunto de hombres y mujeres que durante años supieron mantener activa su presencia e influencia hasta ese día donde en una gran esperanza se transformara en certeza.

Perón no vuelve porque no le da el cuero

Asi sentenció el ex presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse, cuando dictaminó que los candidatos a presidente para las elecciones del 11 de marzo de 1973 tenían que estar residiendo en la Argentina antes del 25 de agosto de 1972. Las negociaciones por el regreso llevaban sus idas y venidas. No todos estaban de acuerdo con las conversaciones, delegados mediante, que acabaron al final con la proscripción política de más de la mitad de la Argentina.

El avión negro

Cuando Perón estuvo exiliado en Panamá,  un avión negro de origen estadounidense desapareció cerca del Canal de Panamá y el general, en tono de media broma, dijo a sus allegados que para sembrar confusión, debían decir que él viajaba en esa nave y que en algún momento aterrizaría en Argentina. El mito del «Avión negro» fue tomando cuerpo en el pueblo peronista, por lo que los militantes lo siguieron utilizando como símbolo de resistencia ante la proscripción.

Luche y vuelve

Perón vino cuando quiso, en un chárter que partió de Roma con unos 150 pasajeros, figuras seleccionadas  de todo el arco peronista: político, cultural, religioso, científico y deportivo. Entre ellos figuraban varios políticos que no sabían que serían presidentes: Cámpora, Lastiri, Isabelita, Carlos Menem. Políticos de raza como el tres veces gobernador del Chaco Deolindo Bittel,  futuros gobernadores de la provincia de Buenos Aires como Bidegain y Antonio Cafiero, sindicalistas como Lorenzo Miguel, médicos como Raul Matera y Jorge Taiana. Y también los rostros de la cultura peronista como el historiador José María Rosa, y los famosos: Hugo del Carril,  Leonardo Favio, Marilina Ross, entre tantos que blindaron al conductor compartiendo una gran nave que haría demasiado ruido ante un desenlace violento en el aire.

«Todos teníamos la sensación de que lo hacíamos para que les costara más tirar el avión abajo» fueron las palabras de Marilina Ross años después.

La dictadura argentina movilizó sus tropas para impedir las grandes concentraciones: corridas y gases lacrimógenos se produjeron en la zona. Bajo una lluvia persistente, lo esperaban en la escalerilla un muy joven Juan Manuel Abal Medina (PJ) y José Ignacio Rucci (UOM), quien lo protegió con su paraguas e inmensa sonrisa, en la foto que recorrió el mundo.

De igual manera, Perón y su círculo íntimo fueron alojados esa noche de viernes en el Hotel de Ezeiza, donde estaba pero no estaba detenido… “por razones de seguridad” no lo dejaron salir hasta el otro día, donde fueron a la casa de la calle Gaspar Campos en Vicente López, donde permanecieron con una intensa agenda hasta que decidió marcharse hacia el Paraguay el 14 de diciembre.

Su regreso definitivo sería el 20 de Junio de 1973, en un día opacado por la lucha interna y armada de ese peronismo exaltado e intolerante.

En primera persona

Viví con mi abuela mucho tiempo, falleció en 2011 a los 99 años.

Detrás del ropero antiguo, encontré láminas de Perón y Evita, guardadas desde la Libertadora. La campaña presidencial en barco por el Paraná, el 17 de octubre,  su primera libreta cívica, el avión negro, los fusilamientos de José León Suárez, y tantas historias más fueron llegando a mí como series documentales.

Nombres exóticos como Puerta de Hierro despertaban en mí las más variadas fantasías.

Recuerdo muy bien ese 17 de noviembre, con ojos de niña. Yo cumplía 10 años, y reclamaba sin éxito a mis padres un poco de atención ante la fecha personal. Había sido declarado un paro general, y el gobierno había decretado un feriado. En mi pueblo no había señal de televisión, por lo que los adultos estaban pendientes de la radio.

17 años habían pasado.

Si el peronismo no iba a elecciones, tampoco iba a dejar gobernar.  

Se veía el regreso del General Perón como una forma de contener a grupos que ya no sabían cómo se podían manejar.

Militantes de ayer y de hoy

Durante esos días en Gaspar Campos, Perón anunció  que cuatro ramas integrarían el Movimiento Nacional Justicialista: política, sindical, femenina y la juventud. 

Los que votamos por primera vez el 30 de octubre de 1983 sabemos bien lo que significa poder elegir y ser elegido.

Fuimos aquellos que salimos a militar después de Malvinas, los hijos de los que estuvieron en 20 de Junio en Ezeiza y también de los que desfilaron frente al féretro de Perón en el 74.

Y seguimos caminando, militando a través de las redes en la pandemia.

Este 17 también es nuestro día.

Por la Ing. Maria Elina «Mali» Serrano (Ex- Secretaria Gral. de la Gobernación – Ministra de Planificación y Ambiente del Chaco)