PRONÓSTICO EXTENDIDO

El enterarse el fallo de la Corte limitando al tarifazo; Macri estalló contra sus funcionarios

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El Presidente estaba confiado en los informes de sus asesores más cercanos pero el fallo del máximo organismo de Justicia no terminó siendo el esperado. Se vivieron horas especiales en la Casa Rosada pero se intentó no apuntar contra el Poder Judicial.








Mauricio Macri terminó el miércoles muy tranquilo luego de ganar en un partido de fútbol disputado en la Quinta de Olivos, el Presidente sabía que faltaban horas para que la Corte Suprema se expida sobre el fallo de la Cámara que frenaba el tarifazo en los servicios. El mismo jueves, la ansiedad comenzó a ganar lugar en la Casa Rosada y el despacho de Marcos Peña, jefe de Gabinete parecía ser el lugar al que llegarían las noticias.

Fernando De Andreis, secretario de Presidencia, fue el encargado de llamar a Macri. Las noticias no eran buenas para el Gobierno, no eran las que esperaba el Presidente o las que sus asesores le habían vaticinado que ocurrirían. El jefe de Gabinete, Marcos Peña; el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el asesor Fabián Rodríguez Simón, intentaron calmarlo diciendole que la resolución de la Corte podría haber sido mucho peor pero Macri no entendía como no habían logrado prever el fallo.

“Es la Corte que tenemos, es la Justicia que tenemos”, dijo Macri, según dos funcionarios que presenciaban la escena. Rápidamente se sumó Carlos Balbín, procurador general del Tesoro y Germán Garavano, ministro de Justicia. Macri quería saber cual sería «el costo económico, pero el real», por su parte el resto de los funcionarios y asesores presentes buscaban calmar la tormenta comentando que era un fallo «muy al estilo Lorenzetti» y que había que esperar a leerlo completo.

Mientras tanto, Marcos Peña planeaba junto al vocero presidencial Iván Pavlovsky y Jorge Grecco la estrategia comunicacional para plantarse frente a la opinión pública. Convocaron rápidamente a una conferencia de prensa, lo antes posible, para instalar la versión del Gobierno y ponerle paños fríos a las noticias de los medios.

La misma estuvo a cargo del propio ministro coordinador, y del títular de la cartera de Energía Juan José Aranguren. Además contó con una escenografía de funcionarios inusual; José Torello, Horacio Reyser, Gustavo Lopetegui y Rodríguez Simón, de habituales perfil bajo, se mezclaron entre asesores, periodistas y los secretarios de Estado abocados a la comunicación presidencial que suelen confluir en esas conferencias.







Pero en el momento de mayor furia por parte del Presidente, llegó el ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay, quien le pidió 24 horas para estimar el costo real y exacto que tendría para su Gobierno la suspensión del tarifazo para las residencias. En principio Prat Gay estimó una perdida de 12 mil millones de pesos pero rápidamente aseguró que serían casi 20 mil millones.

El optimismo empezó a apoderarse de algunos funcionarios cuando supieron que quedaba suspendido para los usuarios residenciales pero no para las empresas y los comercios. «Ganamos  76 a 24”, bromeaba uno de los funcionarios, en alusión a que el fallo preserva los dos tercios de la recaudación», otros por su lado juraban que “de algún lado habrá que sacar esa plata sin emitir moneda. No somos el kirchnerismo ni vamos a despilfarrar los ajustes del primer semestre”. 

Por su parte el ministro del Interior, Rogelio Frigerio pedía que le dejen armar una reunión con gobernadores de provincias petroleras y sindicalistas del sector. «Hay que contenerlos a todos y rápido», decía el ex titular del Banco Ciudad quien ya comenzó a trabajar en dicha tarea.

Sobre la idea de parar la obra pública en caso de tener un fallo adverso, un integrante del equipo económico aseguraba que “la idea es no hacerlo, pero para Macri la plata es la plata. No está claro de dónde vamos a recuperar esos 20 mil millones”. Por su parte otro funcionario de peso analizaba que “los jueces le dieron un poquito a la gente y otro poquito a nosotros, tal vez más imperceptible. Pero la situación es muy delicada porque nos estamos quedando sin gas y sin luz”.

Algunos funcionarios del ala política todavía se preguntan por qué el Poder Ejecutivo se había dado el lujo de aceptar la postergación de la jura de Carlos Rosenkratz, prevista para la semana que viene, en una Corte que atraviesa un período de renovación que recién empieza y en el que el macrismo todavía no logra hacer pie ni decodificar.

Mucho más tranquilo Macri repensó e insistió con no apuntarle a la Corte Suprema ni polemizar con el Poder Judicial, pero su enojo con sus funcionarios permanecería puertas para adentro. Ahora la tarea más dificil la tendrán Gustavo Lopetegui y Mario Quintana, que deberán terminar de delinear el envío al Congreso del presupuesto 2017 para el que se les pide a los ministros un fuerte ajuste. El cimbronazo se sintió en Casa Rosada, ahora el Presidente deberá confiar un poco menos en los augurios de la tropa propia.