Margarita Stolbizer participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil USAL y habló sobre la elección de Juntos por el Cambio de cara a octubre. “No creo que haya ningún votante de Horacio Rodríguez Larreta que le pase por su cabeza ir a votar al kirchnerismo o a Javier Milei. Así que no tengo ninguna duda sobre la unidad, insisto, como valor estratégico”, sostuvo.
A su vez, la diputada y líder del GEN criticó a Sergio Massa.
“El candidato del oficialismo es el ministro con una inflación absolutamente disparada y que ya ha demostrado su incapacidad para resolver esto que es hoy el problema más grave que cruza la vida de todos los argentinos”, expresó Stolbizer en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿Qué piensa sobre una posible presidencia de Javier Milei?
—Me preocupa mucho que Javier Milei sea presidente. No dejo de reconocer la importancia que tiene el voto popular y las razones por las que terminó siendo el receptor de una cantidad de angustias y de enojos que la sociedad viene arrastrando. Me preocupa porque es el resultado de nuestro propio fracaso, de quienes hacemos política de una manera distinta. Lamentablemente se ha ido deteriorando el debate público y político, entonces hoy puede ganar la elección una persona que emite frases y consignas muy violentas. La democracia tiene una amplia tolerancia para los pensamientos de lo más diversos, aún en los extremos, pero sus expresiones son agresivas. Me refiero a la descalificación permanente, no tener ningún tipo de limitación en insultar; y la Argentina viene desde hace muchos años demasiado sumida en esta suerte de polarización o de grieta que denota una falta de vocación de quienes dirigen y conducen. Esto ha sido rentable porque permitió ganar elecciones, pero al país le va muy mal cuando los políticos no están dispuestos a acordar.
—¿Qué es lo que más le preocupa de un gobierno de Milei?
—En el caso de Milei, la imposibilidad de acordar se vuelve más preocupante porque no va a contar en el Congreso con un volumen de fuerza política propia y de representación en las cámaras legislativas como para llevar adelante muchas de las promesas que está haciendo. Esto genera una doble dificultad: para él, posiblemente, no poder implementar su programa de gobierno; y para quienes estamos en la oposición, nos hace sentir como quien pone el palo en la rueda a alguien que ha sido elegido para gobernar. Por eso creo que uno de los elementos que hay que tener en cuenta al momento de votar, es, aparte de las propuestas que se hacen durante la campaña, que son demasiado facilistas como mágicas, pensar dónde están los equipos técnicos. En la sesión que tuvimos la semana pasada en Diputados, la oposición logró sancionar una reforma sobre la ley de alquileres conformando una mayoría que no era solamente de Juntos por el Cambio. El acierto fue consensuar, esto significa conceder, negociar en buenos términos por arriba de la mesa, de cara a la gente y así obtener un resultado que es mucho más fuerte. Y aquí es donde veo una debilidad en Milei.
—¿Es posible pensar en una suerte de cristinización de Milei?
—Me parece que es el emergente de los enojos con varios gobiernos y que por supuesto ponen a la vicepresidenta en la vereda de enfrente. No creo que en el momento en que ella apareció con un liderazgo muy fuerte, hubiera sido similar a lo que es ahora Javier Milei. Por supuesto que hay entre ellos un acuerdo o una estrategia. Cristina Fernández fue la primera que lo ubicó en el escenario de un posible de un balotaje, cuando todavía ninguno de nosotros esperaba este resultado, tanto para quienes hacemos política, como para los periodistas, y los encuestadores. Sin embargo, ella hace bastante tiempo anticipó que esta elección podría tener un resultado de tres tercios, lo que posicionó a Javier Milei en ese lugar. Por detrás de eso seguramente hubo estrategias, Cristina es una persona que vive permanentemente pensando en función de cuáles son las mejores decisiones políticas para su espacio. Pero no podría decir que Milei puede ser un émulo de Cristina o no tengo elementos para asimilar a las dos personas.
—¿Juntos por el Cambio interpretó mal el hastío de la sociedad?
—Sí, hay un voto hartazgo y también un voto enojo. Pero creo que se disputan muchas más cosas. Lo que he planteado desde el espacio al que pertenezco, es que hubo una interna a mi juicio mucho más visibilizada y explícita de lo que debería haber sido. También hubo una disputa de liderazgo, lo que posiblemente haya sido uno de los errores que cometió Juntos por el Cambio, que fue intentar involucrar en una elección de estas características tan importantes una pelea por definir un líder. Creo también, que hay cansancio respecto de una política que no da respuestas, que no resuelve problemas. Vengo insistiendo desde hace ya muchos años, que lamentablemente Argentina es un país con políticos muy ricos que no pueden explicar sus patrimonios y cada vez más pobres pese a la cantidad de recursos que tenemos asignados a políticas sociales, a planes y programas de distinto tipo, que por supuesto está más que claro que no le resuelven la situación de pobreza a nadie. Pero sí han servido para perpetuar políticos en el poder y hay naturalmente un hartazgo. Un desgaste respecto de todas estas cuestiones y la gente se ha vuelto obviamente mucho más pragmática porque la situación lleva a eso, quiere alguien que le prometa algo diferente y esa fue la ventaja de Milei, plantarse como algo distinto a lo que veníamos teniendo.
—¿Ve en Patricia Bullrich la predisposición a dialogar y construir acuerdos con otras fuerzas?
—Sí, sin duda, y un poco me refería también a ella. Ha logrado integrar equipos técnicos muy sólidos, de gente que está realmente preparada, que viene trabajando desde hace mucho tiempo. Por supuesto que cuando escuchamos el diagnóstico sobre la Argentina y en particular sobre la situación económica es desolador, pero es mejor llegar sabiendo exactamente cuáles son los problemas, después vendrá obviamente la capacidad de Patricia Bullrich, si fuera presidenta, y en quienes tengamos que ser un poco su “espalda” en el congreso, para negociar las reformas que hay que llevar adelante. T
ambién es un punto, cuáles son las cuestiones sobre las que hay que trabajar, las reformas, las políticas, y los ajustes, y en general nosotros hemos sido bastante claros, el primer ajuste es el de la política. Hoy tenemos una sobrecarga del Estado que significa una enorme cantidad de cargos jerárquicos con sueldos enormes que, obviamente pueden ser prescindibles, no digo todos, no me refiero a echar gente, sino que significa que quien asuma el gobierno no tiene por qué llenar lo que llamamos todos los puestos de un organigrama que a veces está realmente sobredimensionado.
—Usted apoyó a Larreta en las PASO, ¿por qué ahora apoya a Bullrich?
—Patricia tiene la decisión de llevar esto adelante y sabemos perfectamente que estas son cuestiones en las que es necesario acordar, sino va a terminar siendo muy frustrante. También tengo la sensación de que es de las personas que han aprendido de los errores que se cometieron en el pasado. El gobierno de Mauricio Macri cometió el error, sobre todo después de haber ganado la elección legislativa del 2017, el pecado de los ganadores, de pensar que todo lo pueden, y que lo pueden hacer solos, y pienso que eso llevó en gran medida a su gobierno al fracaso. Patricia ha aprendido de esta situación, y eso significa llegar al gobierno también con decisión, con fuerza, pero con humildad y vocación de diálogo.
—¿Considera que los votantes de Horacio Rodríguez Larreta van a acompañar a Patricia Bullrich?
—Sí por supuesto, me cuento entre ellos. Yo apoyé en las PASO a Horacio Rodríguez Larreta y tuvimos varias reuniones en donde estuvo todo Juntos por el Cambio. Hay una conciencia muy grande del valor estratégico que tiene nuestra unidad. Además, hemos venido planteando nuestras diferencias tanto con el gobierno y su candidato, como con Javier Milei, a quien no le vemos hoy la responsabilidad, la dimensión, los equipos, el diagnóstico, que hay que tener para gobernar la Argentina. No creo que haya ningún votante de Larreta que le pase por su cabeza ir a votar al kirchnerismo ni a Milei.
—¿Cuál sería el mejor escenario para Juntos por el Cambio en un posible ballotage: Sergio Massa o Javier Milei?
—El escenario quedó muy complejo para Juntos por el Cambio. Es un contexto de tres tercios muy parejo. Milei tiene la fuerza de lo novedoso, lo diferente de haber ganado las PASO como el candidato más votado y eso le permite dar por consolidados sus votos y aspirar a algún crecimiento. El gobierno está muy mal, sin posibilidad de llegar a una segunda vuelta, entonces mi opinión no tiene tanto que ver con la conveniencia, sino del análisis de lo que podría quedar planteado. Trabajando un poco más en Juntos por el Cambio, sobre la cantidad de ciudadanos y ciudadanas que no concurrieron a votar y de aquellos que se quedaron sin representación, me parece que hay un volumen como para ir a buscar esos votos. Me da la impresión de que vamos a llegar con más chances nosotros al balotaje que Sergio Massa. El objetivo es ser la fuerza política que llegue.
—Si Juntos por el Cambio ingresa a la segunda vuelta y el ballotage es entre Milei y Massa, ¿usted por quién se inclinaría?
—No acompañaría a ninguno de los dos. No estoy en condiciones de tomar una decisión. Pero nosotros vamos a trabajar estas dos semanas para ser quienes lleguemos. Parto de un análisis lo más racional posible, el candidato del oficialismo es el ministro con una inflación absolutamente disparada y que ha demostrado su incapacidad para resolver el problema más grave que cruza la vida de todos los argentinos. Me da la impresión de que el gobierno no tiene chances, no tiene tiempo para revertir esta situación y va a ser Juntos por el Cambio quien llegue al balotaje.
—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas con estudiantes de Periodismo de Perfil Educación y le damos la posibilidad de hacer un comentario final
—Nos hacen muy bien este tipo de entrevistas y de intercambios. También, advertir sobre la necesidad de que cada uno en lo suyo, ustedes en el periodismo tan relacionado hoy con la búsqueda de la verdad y nosotros desde la política obligados a actuar con esa misma responsabilidad, tenemos a nuestro cargo proteger y tutelar nuestra democracia.
Es importante, pese a todas las cuestiones que sufrimos, destacar el enorme valor que tiene para los argentinos cumplir cuarenta años de vida democrática, que se han logrado consolidar gracias, entre otras cosas, a que en el año ‘83 con un gobierno como el de Raúl Alfonsín que aseguró el enjuiciamiento de las dictaduras militares y permitió que la defensa de los derechos humanos se constituya en una política de estado hasta nuestros días. Lo que se hizo en ese primer gobierno es lo que sirvió para tener esta democracia que, pese a todos los déficits y las deudas que tiene, nos permite cada dos años volver a elegir. Eso también es un llamado a la responsabilidad que tenemos. Proteger esa democracia y hacerla cada vez más fuerte.