Corea del Norte afirmó haber logrado detonar una cabeza nuclear capaz de ser instalada en un misil, un quinto ensayo nuclear denunciado por Seúl como un acto «de autodestrucción» que deja demostrada la «maníaca imprudencia» del dirigente Kim Jong-Un.
Este ensayo, el más potente jamás realizado por el Norte, según Seúl, agravará las tensiones en la península en donde las ambiciones nucleares y militares del régimen aislacionista ya fueron condenadas en sucesivas ocasiones por la comunidad internacional que decidió imponerle duras sanciones.
Según la prensa oficial norcoreana, este último ensayo permitió a Pyongyang alcanzar su objetivo: miniaturizar una ojiva nuclear para poder armar un misil. «Nuestros científicos llevaron a cabo una detonación de una ojiva nuclear de nuevo tipo en el sitio de pruebas del norte del país. El partido les envió un mensaje de felicitación por la realización de la exitosa prueba», dijo la televisión gubernamental.
La nueva prueba atómica es una «medida de respuesta a Estados Unidos y a nuestros enemigos que nos sancionaron, negando nuestro estatus de orgullosa potencia nuclear y criticando nuestras acciones basadas en el derecho a la autodefensa«, dijo la locutora de KCTV. «Vamos a seguir reforzando nuestras capacidades para impulsar nuestra fuerza nuclear», concluyó, Ri Chun-hee.
Este ensayo «confirmó la estructura y las características específicas de una cabeza nuclear que fue estandardizada de manera a poder montarla en misiles balísticos estratégicos», según la agencia KCNA.
Las primeras sospechas sobre un nuevo ensayo las emitieron los sismólogos que detectaron un temblor de 5,3 de magnitud cerca del principal sitio de ensayos nucleares norcoreano, en el noreste del país.
El temblor fue señalado cerca de Punggye-ri, el día aniversario de la creación de Corea del Norte, instaurada en 1948.
«Esta explosión de 10 kilotones era casi dos veces más potente que el cuarto ensayo nuclear y levemente menos que el bombardeo de Hiroshima, que tenía unos 15 kilotones», explicó Kim Nam-Wook de la agencia meteorológica surcoreana.
El ensayo será analizado de cerca por los expertos que intentan determinar si permitió al Norte hacer nuevos progresos y si se trata de una bomba atómica o de una bomba de hidrógeno, mucho más potente. Los analistas se inclinan, según los datos disponibles, por la hipótesis de que se trata de un artefacto clásico.
Si Pyongyang llegase a fabricar una bomba nuclear lo suficientemente pequeña para equipar un misil y reforzar la precisión, el alcance y la capacidad de sus vectores, se acercaría a su finalidad última: alcanzar objetivos estadounidenses.
El análisis será difícil, subrayó Melissa Hanham, experta del Instituto Middlebury de estudios internacionales. «No es realmente posible verificar que se trate de una ojiva compacta a partir de los datos sísmicos», dijo a la AFP.
«Habría que verla en un ensayo con un misil como lo hizo China en los años 1960. Nadie quiere presencia esto. No tienen ninguna forma de hacer eso de manera segura, podría ser el desencadenante de una guerra», añadió.
Desde el primer ensayo nuclear en 2006, el Consejo de Seguridad de la ONU infligió cinco tandas de sanciones contra Pyongyang.