Una vez más, como tantas a lo largo de su riquísima historia, la Copa Davis se salió con la suya. Y no porque rompiera todos los pronósticos. Al cabo, las mejores raquetas de Argentina y de Croacia hicieron su trabajo y dejaron las cosas 1-1 en el primero de los tres días de juego.
Pero la forma en que se consiguieron esos puntos, las dificultades que cada uno de los favoritos encontró camino al éxito, las secuelas que pudieron haber quedado en vencedores y vencidos, pueden terminar signando el desenlace.
Y no sólo el del dobles, previsto para las 15 de este sábado en Zagreb (las 11 en Buenos Aires) y algunos de cuyos protagonistas son a esta altura una incógnita. No se sabe si estará Marin Cilic, pero es seguro que Juan Martín Del Potro jugará junto a Leonardo Mayer.
¿Marin Cilic era favorito ante Federico Delbonis en el primer turno? Ni el más iluso de los hinchas argentinos decía lo contrario. El sexto jugador del ranking mundial confirmó esos pronósticos, sí, pero las tres horas y media que le insumió la victoria, y lo apretadísimo del resultado (6-3, 7-5, 3-6, 1-6 y 6-2) hablan de que ciertos cálculos fallaron.
A menos que uno quiera quedarse con el brazo en alto del ganador y descarte a su rival y al papel que le tocó en suerte.
Cilic fue uno hasta el 3-3 del tercer parcial, cuando ganaba dos sets a cero y dejó pasar un break point que lo habría llevado a la victoria.
Fue otro desde entonces, un poco porque se cansó, otro poco porque sobró la situación y un poco más porque Delbonis no le aflojó nunca y siguió tirando y tirando a la espera de que el otro aflojara.
El tiempo de más que Cilic estuvo en cancha puede pasarle factura a un jugador que viene con un trajín importante que incluyó el Masters. O a lo mejor es al revés: el calendario se le vino encima a partir del tercero. Cualquiera sea la explicación, hay motivos para pensar que esa situación puede repetirse mañana en el cuarto punto ante Del Potro.
Y más áun: obliga a echar cierto manto de duda respecto de su participación en el dobles, por más que ningún capitán se privaría de semejante jugador para acompañar al bueno de Ivan Dodig.
Ahí se entra en el juego de las especulaciones: dicen los antedecentes que Dodig-Cilic vencieron este año a los hermanos Bryan y a los franceses Hebert-Mahut. Pero Dodig y Franko Skugor, eventual sustituto, pudieron con los durísimos brasileños Melo-Soares y con los belgas Goffin-Bemelmans.
Si el capitán croata dudó anoche fue por obra y gracia del partido que Delbonis le hizo a Cilic, aunque la lógica indique que no será suficiente para sacar de combate a su mejor carta.
La producción de Delbonis deja una certeza y una incertidumbre. Habla de otro acierto del capitán tras evaluar a sus tres posibles segundos singlistas, pero impide asegurar quién jugará el quinto punto, que puede ser el del título. Era Mayer, el mismo que cerró la serie en Glasgow, quien aparecía con más chances. ¿Y ahora? ¿Por qué no pensar en otra chance para quien fue clave en Italia y puso en semejante aprieto a Cilic en su casa?
Si Cilic era favorito ante Delbonis, Del Potro lo era tanto o más ante Ivo Karlovic. Y también ese pronóstico quedó ratificado, aunque con sus particularidades. A Delpo le sobró con su jerarquía y su madurez (la misma que se le reconoce fuera de la cancha), pero se fue sin poder encontrar su juego, sin margen para pelotear y rematar puntos con la derecha. Ganó 6-4, 6-7, 6-3 y 7-5 y jugó como se lo indicaba la lógica, errando poco (no perdió puntos con su segundo saque y jamás tuvo que levantar un break-point) y esperando que su rival saliera de la línea de saque para ser casi ordinario.
Pero así y todo estuvo casi tres horas y media en cancha, con el desgaste mental que eso conlleva y sin poder descargar tensiones jugando y corriendo, porque casi no hubo intercambios.
¿Y entonces? ¿Se podía pensar en hacer descansar a Delpo y tenerlo fresco para ganarle a Cilic, apostando hoy por Mayer y Guido Pella? La idea nunca terminó de prosperar. Por presencia, porque se sabe que el desgaste de la especialidad es infinitamente menor que el de un single. Y porque no es el estilo del capitán andar dejando puntos por el camino antes de tiempo. Ahí irá Delpo para buscar el segundo punto.
Así es la Davis. Ni cuando se cumplen las previsiones acepta ser un torneo convencional. Y si no lo aceptó nunca, menos lo iba a aceptar en una final. Se verá qué tiene preparado para hoy, con los croatas favoritos en el dobles y con la mejor pareja que Argentina puede oponer hoy por hoy. Eso, por no pensar en mañana. Falta una eternidad.
Y también faltan dos pasitos.