Se llama, Gustavo Arias y pide a Secheep la reposición de los electrodomésticos que perdió hace tres meses por problemas de tensión.

En noviembre presentó los papeles para la reposición de lo perdido y la última vez que fue a averiguar en qué instancia estaban le contestaron que su trámite se había extraviado.

A fines de octubre una alteración en el suministro de energía dañó irreparablemente su computadora y router, el televisor y un equipo de audio.

Tanto él como varios vecinos de la manzana 38 del barrio 100 viviendas perdieron electrodomésticos, aunque sólo unos pocos formalizaron el reclamo.

Luego de completar los pasos formales del planteo ante la empresa estatal le dijeron que no hay registro de su reclamo.

Después de un pico de tensión que alcanzó los 380 voltios, en los cuatro días siguientes los problemas en la red continuaron.

Aunque reconoce que en atención al cliente hay una abogada que tiene muy buena disposición, no ocurrió lo mismo con otro integrante de la empresa que se desentendió del planteo.
“Es un hombre de apellido Merino que cuando me enojé porque no tenía mi reclamo, me dijo que me queje todo lo que quiera que no me iban a reconocer nada”, contó Arias .

Los trámites
La reacción fue porque una vecina que también había presentado papeles por el reconocimiento de las pérdidas lo obtuvo en enero.

“Semejante maltrato y que me digan que no me corresponde nada no tiene nombre”, insistió.

El trámite incluye hacer una exposición policial con descripción de los electrodomésticos dañados, además de las facturas de compra y tres a cuatro presupuestos actuales por cada producto, más una nota donde se explica la situación y lo que se pide.

Problema en la red
Además de la situación puntual el vecino que habita el barrio hace 27 años señala que no se tomaron previsiones de crecimiento de demanda energética en una zona originalmente limitada a las 100 viviendas y San Fernando.

El transformador que originalmente proveía a un grupo relativamente reducido de usuarios hoy atiende a más barrios y asentamientos que se ubicaron en los últimos cinco a seis años.

Arias vive próximo a la esquina de Fortín Tapenagá y calle 23, a escasos metros de los galpones de la empresa de colectivos Ersa, por Soberanía al 3.000.

En ese grupo de viviendas el vecino asegura que el alumbrado público tampoco funciona y fue motivo de pedidos en varias ocasiones.