En medio de una fuerte interna, el Consejo Directivo de la CGT se reunió esta miércoles y ratificó la movilización del próximo martes a Plaza de Mayo, en rechazo a las políticas del Gobierno.
«Los ciudadanos no puedo valer solo a la hora del voto», sostuvo, uno de los triunviros Juan Carlos Schmid, en conferencia de prensa.
«El Gobierno puede pensar que las elecciones son un espaldarazo pero nosotros vamos a volver a imponer nuestra agenda frente al ejecutivo, frente al empresario y frente al legislativo porque después de las seis de la tarde los problemas siguen estando», señaló.
En la previa al encuentro existía una clara división: por un lado, el sector más dialoguista de los «gordos» y los «independientes» va con la postura de cancelar la marcha luego de que los resultados de las PASO fueran bastante favorables al Gobierno, mientras que el sector más «duro» que encarnan los moyanistas planteará realizarla de todos modos, alegando que la medida no estaba relacionada al proceso electoral.
El encuentro en la sede de Azopardo al 800 se prevé extenso, con un debate caliente entre estas dos posturas enfrentadas que vuelve a tensar al máximo la delicada unidad que la CGT había alcanzado hace un año, e incluso no se descarta que tras las elecciones de octubre se produzca una fractura.
Los gordos e independientes, que agrupan a los gremios de mayor cantidad de afiliados de la CGT, ya habían planteado días antes de las elecciones del domingo la necesidad de dejar sin efecto la marcha y, tras los comicios, tuvieron una reunión en la que resolvieron ratificar esa postura.
Este sector busca mantener un buen diálogo con la Casa Rosada y considera que el macrismo salió fortalecido de la contienda electoral, por lo cual la CGT debería dejar de lado la marcha para protestar contra el Gobierno, además de plantear la posibilidad de que en la movilización del martes se produzcan incidentes con grupos cercanos al kirchnerismo y a la izquierda que reclaman un endurecimiento de la central obrera, tal como sucedió en abril pasado.
Todo indica que si su posición no prevalece en la reunión de Consejo Directivo, de todas formas no movilizarán afiliados a la Plaza de Mayo, con lo cual la marcha podría hacerse sólo con presencia de sindicatos del moyanismo y aliados, como Camioneros.
Por el contrario, el moyanismo busca hacer la movilización, al señalar que la medida ya se había aprobado semanas atrás y que no se había convocado en relación a los resultados de los comicios.
Esta puja en torno a la marcha se produce en medio de otras pugnas internas que comenzará a atravesar la CGT, como por ejemplo la discusión para dejar atrás el actual triunvirato que integran Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña, e ir por una conducción de un sólo secretario general.
Semanas atrás, la CGT parecía que iba hacia una unidad total, con el regreso del MASA y de la Corriente Federal, pero el resultado de las PASO, que varios sindicalistas estimaban negativos para la Casa Rosada, complicó ese proceso y volvió a abrir grietas entre los sectores duros y dialoguistas.