El Ministerio de Energía decidió suspender el acuerdo que regula el precio del combustible y, a partir del 1 de octubre, las refinadoras serán libres de ponerle el precio que quieran a la nafta. Según aseguraron las petroleras, el valor podría incrementarse entre un 7 y 12 por ciento.
Cabe recordar que el Gobierno había acordado una revisión trimestral de precios en base a la evolución de la cotización del crudo, el precio de los biocombustibles y el tipo de cambio. E implicaba la vigencia de un «precio sostén» para la producción petrolera local.
Hasta el momento, no se informó cual será la postura de YPF, por lo que si la petrolera decide no aumentar antes del 22 de octubre es probable que el resto de las empresas posterguen el ajuste sobre las tarifas para después de las elecciones.
Con esta nueva determinación, serán las empresas las responsables por los incrementos que apliquen sobre las tarifas.