Un hecho de violencia doméstica contra una menor se conoció ayer en horas de la mañana, cuando una catequista de la Parroquia Santa Rosa se entera que una de sus alumnas de 13 años era maltratada por sus padres, y en especial por su padrastro. El hombre quedó detenido “por lesiones”.

Al tomar conocimiento de la situación, la docente realizó la denuncia en la oficina de Atención de la Mujer, de la policía de Sáenz Peña.

La oficial Paola Pinto, luego de tomar la denuncia, se dirigió hasta la parroquia para dialogar con la niña quien le confirmó lo dicho por la catequista.

La menor agregó que desde que ella tiene memoria, su padrastro “siempre le pegó. No sólo  con cintos y  palos sino también con un trenzado de cuero, dejando muchas veces marcas en su cuerpo”. Respecto a su madre dijo que “ella sabe del maltrato pero que nunca la defendió”. Afirmó además que su hermano de 14 años también es maltratado.

Por otro lado aseguró que “nunca antes pudo hablar del tema con nadie porque su padrastro la amenazó y le dijo que si comentaba estas cuestiones o iba a la comisaria la mataría como así también a su madre”.

Por último contó a pesar de tener un padre biológico, “su madre y padrastro impiden que lo vea”, al punto de obligarla a romper su celular para que no se comunique con él.

Luego de que el médico policial examinara a la menor, se determinó que presentaba lesiones en la pierna y en el muslo izquierdo, “que datan de seis días aproximadamente”. De acuerdo al relato, el sábado sufrió esas lesiones, cuando fue a un espacio verde a reunirse con sus amigas. Hasta allí se acercó el padrastro, la buscó y la llevó de nuevo a la casa donde comenzó a pegarle con un cinto.

Ante estos hechos se accionó penalmente contra la madre y el padrastro de la menor. Seguidamente intervino la Unidad de Protección Integral UPI, a través de una trabajadora social. La profesional entregó a la menor a su abuela, para que la resguarde provisoriamente hasta el lunes.