A partir de marzo, cualquier comercio o individuo podrá dedicarse a la compraventa de dólares. Las opiniones están divididas. Los más neoliberales creen que habrá más competencia. Los heterodoxos, en cambio, ven probable que haya más fuga y especulación.
La posibilidad de que carnicerías, kioscos, supermercados, ferreterías, veterinarias, hoteles -y la lista continúa- puedan ofrecer divisas sin intervención de una entidad financiera generó opiniones encontradas, entre los que consideran que la mayor oferta hará reducir los precios y quienes advierten que se acentuará la fuga y la especulación.
El Banco Central habilitó a comercios e individuos para operar en el mercado de compraventa de dólares, con un simple registro como operador de cambio, lo que aceitará la bicicleta financiera.
La apuesta del Gobierno es que esto reduzca los precios en el paralelo y los acerque al valor oficial, el cual ayer finalizó en 19,85 pesos. Desde la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) celebraron la iniciativa, argumentando que “la flexibilización para la compra y venta de dólares apunta a seguir levantando barreras y desburocratizando la economía”.
“El gobierno de Cambiemos cree que esto se acomoda solo por la ley de la oferta y demanda”, agregó el economista y diputado Daniel Arroyo.
Ayer se registró una mayor oferta de exportadores, bancos y empresas, aprovechando los valores elevados de la divisa, que estuvo coqueteando con los 20 pesos durante toda la semana.
Finalmente, se mantuvo en 19,85 pesos, sin cambio con respecto a la jornada anterior, pero con una suba de 54 centavos contra el viernes previo. El recorte en la tasa de interés reavivó la demanda de divisas, lo que explicó la suba de la segunda mitad de la semana. Las reservas finalizaron en 62.530 millones de dólares, con caída de 413 millones. El dólar blue se ofreció a 19,98 pesos.
Para tratar de sumar oferta y contener la escapada de la divisa, el titular del Central, Federico Sturzenegger, volvió a flexibilizar los controles cambiarios. Hace dos meses legalizó los arbolitos, a partir de una aplicación para celulares que permite tomar una foto del documento de quien compre las divisas en la calle.
Pero en ese momento, quedaron afuera las cuevas. Con la medida de esta semana, cualquier comercio con un capital de cinco millones de pesos estaría en condiciones de operar con cambio a partir de este 1º de marzo. “El objeto de brindar mayor competencia y transparencia a ese mercado mediante la incorporación de nuevos y diversos oferentes”, comunicó el Central.
“Son pequeñas acciones positivas para seguir reduciendo el laberinto de costos que enfrentan empresarios y consumidores cotidianamente”, opinó Fabián Tarrío, presidente de CAME.
En realidad, la medida no parece ir en esa dirección y colaborar con la baja de los costos a las pymes, ya que para las operaciones de comercio exterior deberán seguir acudiendo a bancos y, a partir también de marzo, a casas de cambio.
Se supone que para adquirir insumos y productos importados utilizan el canal legal. Aunque, como señala Tarrío, “puede abrir una puerta (a las pymes) para generar pequeños ingresos adicionales a su negocio”.
Este negocio paralelo al que son invitados atentará contra la actividad misma del comercio, que seguramente verá más rentable sumarse a la bicicleta financiera. El presidente de la Cámara de Kiosqueros Unidos, Sergio de Acha, consideró que la medida puede ayudar en el difícil momento por el que atraviesan.
“Vamos a tener que readecuar los negocios, que van a realizar este tipo de actividad monetaria”, agregó el directivo de la entidad, quien agregó que esta reconversión se enfocará “en todos los lugares turísticos”. “Siempre que abras el comercio a más competencia, vas a tener más beneficio por lo menos en los minoristas”, evaluó Fausto Spotorno.
Si bien el economista de la consultora Orlando Ferreres & Asociados defendió la iniciativa oficial, relativizó que vaya a tener incidencia en la cotización.