Nicolás Dujovne confirmó tras su reunión con Chiristine Lagarde que solicitó un «Stand-By de alto acceso”.
Es el crédito del Fondo Monetario Internacional que impone más condicionalidades a los países y los obliga a cumplir metas cuantitativas y cualitativas antes de cada desembolso.
Christine Lagarde recibió a Nicolás Dujovne en la sede del Fondo Monetario Internacional. Compartieron un encuentro de apenas cuarenta minutos, sonrieron para los fotógrafos y acordaron empezar a trabajar en un acuerdo, cuyos detalles se definirán en posteriores reuniones técnicas y recién se darán a conocer cuando sea firmado, pero implicarán la profundización del ajuste y reformas estructurales.
Así se desprende de la única precisión que dio el ministro de Hacienda: “Hemos pedido que se considere para Argentina un acuerdo Stand-By de alto acceso.”
De los créditos que la Argentina puede obtener del FMI, el que empezó a negociar Dujovne en Washington es el más inflexible en plazos y condiciones e impone el cumplimiento de metas cuantitativas y cualitativas antes de cada desembolso.
El Stand-By de alto acceso forma parte de los denominados acuerdos precautorios que, según el FMI, ofrecen “servicio de aseguramiento frente a necesidades de financiamiento potenciales muy cuantiosas”.
Terminada la reunión, la comitiva argentina salió de la sede del FMI por la puerta de atrás para evitar a la prensa. Luego Dujovne difundió un comunicado en el cual confirmó haber solicitado un Stand-By de alto acceso, que “tiene la flexibilidad necesaria para cumplir el objetivo que estamos buscando».
También señaló que «hasta tanto logremos cerrar el acuerdo con el FMI, nos hemos comprometido a no hablar de cifras o modalidades” y alimentó el discurso del Gobierno acerca de que el salvataje permitirá “fortalecer” la economía argentina.