El arquero que más partidos jugó en la historia del seleccionado argentino y que al arrancar como titular en el próximo Mundial se convertiría en el único guardavallas en disputar tres torneos ecuménicos consecutivos en esa condición, Sergio Romero, se quedó este martes literalmente con las manos vacías, ya que una lesión en la rodilla derecha lo dejó definitivamente afuera de Rusia 2018 y lo reemplazará Nahuel Guzmán.
«Sergio Romero sufrió hoy un cuadro de bloqueo articular en la rodilla derecha que lo dejará fuera de la convocatoria», anunció fríamente en el atardecer de este martes la AFA en la cuenta de Twitter del seleccionado nacional.
Una lápida para las ilusiones del misionero de 31 años al que se le viene cuestionando desde mucho tiempo atrás su poca participación en los equipos de clubes en los que les tocó actuar.
«La verdad que es una desgracia, porque Romero es una excelente persona y estaba muy enchufado para jugar el mundial, por lo que me duele mucho lo sucedido», le confesó a Télam el secretario de selecciones nacionales, Jorge Miadosqui.
El guardavallas de Manchester United llegó el pasado domingo al país, luego de la final de la FA Cup del último fin de semana cuando su equipo perdió ante Chelsea.
En ese partido se dio una situación muy particular, ya que tanto él como otro arquero que tiene la Selección, Wilfredo Caballero, ocuparon sendos bancos de suplentes.
En tanto que el tercero de la nómina que presentó como definitiva Jorge Sampaoli y que hoy ya no lo es, Franco Armani, recién se sumará al grupo que está entrenando en Ezeiza el próximo jueves, tras afrontar el miércoles con River Plate el último partido de la fase de grupos de Copa Libertadores ante Flamengo, de Brasil.
La salida de Romero provocó una implosión en el seno íntimo del plantel argentino y los referentes (Messi, Javier Mascherano, Sergio Agüero, entre ellos) se reunieron con Sampaoli y posteriormente el director técnico se comunicó con Nahuel Guzmán, quien estaba dentro de la nómina de 35 preseleccionados, aunque esta no era una condición para ir al Mundial.
El «Patón» Guzmán pertenece al círculo áulico de rosarinos que integran la selección desde hace una década, y que además de Messi y Mascherano componen Éver Banega, Ángel Di María y, anteriormente, Ezequiel Lavezzi.
Un posteo irónico e ingenioso del padre de Guzmán en contra de Sampaoli poco después de conocerse la lista de los 23 mundialistas fue la reacción que surgió desde el entorno del ex Newell’s, que se convirtió así en el único futbolista de los 23 convocados que juega en México (Tigres de Monterrey).
«Hoy te convertís en héroe», le vaticinó Mascherano a «Chiquito» Romero cuando estaba por comenzar la definición por penales ante Holanda que finalmente conduciría a Argentina a la final con Alemania en Brasil 2014.
Esa imagen ya no podrá repetirse, tanto por Romero como por el «Jefecito», que en Rusia estará jugando su última Copa del Mundo.
Pero Romero cumplió el pronóstico del subcapitán argentino y contuvo dos disparos en esa serie. Y con ello se ganó definitivamente el crédito y el cariño del hincha argentino, aunque la idolatría siempre le quedó lejos, pese a que lleva más partidos que el incomparable Ubaldo Fillol en la valla argentina, aunque en mundiales, el «Pato» le gana por 13 jugados a 12.
Pese al dolor, en medio de la práctica donde se produjo la lesión, Romero les pidió a los médicos de la Selección que lo operaran inmediatamente, pensando en que una artroscopía puede demandar un mes de recuperación y, aún con el Mundial empezado, tendría la oportunidad de estar.
Los facultativos, también apenados, desestimaron esa posibilidad. Allí se terminó la ilusión de «Chiquito». Y se reabrió la del «Patón».