PRONÓSTICO EXTENDIDO

Tiempo de análisis | Lo que dejo el Mundial de Rusia

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La nostalgia es la que envuelve todo por estas horas en Rusia. El Mundial finalizó y sólo quedan recuerdos para mantener vigentes las sensaciones que se adueñaron durante 31 días. Las calles amanecieron de otra manera ayer, mostrando el vacío que genera la angustia, en muchas ocasiones, por algo que ya no está. La espera será larga hasta el 2022, y en ese tiempo se cruzarán imágenes genuinas de lo que se vivió en esta parte del planeta.







  • Rusia: el país más grande del mundo, con toda su historia detrás, se vistió de gala para exhibir su diversidad cultural, uno de los aspectos más trascendentes que contiene. A partir de una competencia deportiva, el público que llegó hasta aquí pudo conocer un pasado lleno de curiosidades y también de sufrimiento, por los enfrentamientos diversos. En muchas ocasiones, esta faceta fue mucho más atrapante que el fútbol.

  • La organización: el Mundial, salpicado hace tres años cuando se conoció el denominado FIFAGate, por la supuesta compra de votos en el momento de su elección como sede, se contrapuso con lo que fue la realización. Los rusos aportaron toda su logística a disposición, y terminó superando a lo que fue, por ejemplo, el torneo realizado en Brasil hace cuatro años. La predisposición no sólo de los que trabajaron en el evento, sino de la sociedad para colaborar con los visitantes fue total. En ese aspecto, Rusia salió campeón ampliamente.

  • Alemania: el campeón del mundo hasta el domingo último decepcionó en el campeonato, al ser eliminado en la primera ronda. Los alemanes ganaron un partido y perdieron dos, dejando una imagen deslucida, muy diferente a lo que venían ofreciendo. Inclusive, el año pasado ganaron aquí la Copa Confederaciones con un plantel repleto de juveniles, y permitió aventurar que tendría mejor recambio para este certamen. Sin embargo, el equipo decepcionó dentro de la cancha. La racha negativa para los campeones que se retiran en la fase de grupos se sigue cumpliendo, como viene ocurriendo desde 2010.

  • Argentina: el desconcierto que fue el fútbol en los últimos cuatro años, se terminó reflejando en la actuación del seleccionado en el Mundial. El conjunto nacional hizo recordar a épocas pasadas, donde el orden interno no existía, y todo quedaba supeditado a que la pelota entre en el arco contrario para poder avanzar. La Selección ganó un solo partido, cuando faltaban cinco minutos para el final, de los cuatro que jugó y nunca estuvo a la altura de una competencia semejante.

  • Hazard: el capitán de Bélgica fue la síntesis de lo que debe poseer un futbolista para convertirse en estrella. El volante aportó técnica, sapiencia, panorama, inteligencia y ascendencia positiva sobre sus compañeros. Con esas cualidades le alcanzó para convertirse en uno de los mejores del campeonato. Su equipo logró el tercer puesto, la mejor clasificación de la historia luego del cuarto lugar logrado en México 1986.

  • Francia: el mejor de todos. Al flamante campeón le alcanzó con poco para dejar atrás a los otros 31 participantes. Con un esquema parecido al que logró el título en 1998, los franceses aprovecharon sus oportunidades y sacaron ventaja en todos los rubros. Para ello contó con un grupo de jugadores de gran categoría, que supieron acomodarse de manera colectiva para que el nivel fuera todavía más elevado. El técnico sólo tuvo que ordenarlos para que ellos se ocuparan del resto desde el lado de adentro de la cancha. El equipo llegó como candidato y no le pesó esa responsabilidad. Con este segundo título se empieza a mezclar entre las grandes potencias futbolísticas.







  • Brasil: se esperaba mucho más, sobre todo por la manera en la que ganó las Eliminatorias Sudamericanas, y por la buena racha que llevaba desde la asunción del técnico Tite. El segundo tiempo que jugó ante Bélgica, por los cuartos de final, fue de lo mejor que se vio en la Copa del Mundo. La pelota ingresó sólo una vez en el arco rival y no le alcanzó. De todas maneras, si se mantiene este grupo de jugadores puede consolidarse en el próximo tiempo, y convertirse en un equipo temible para el próximo Mundial de Qatar.

  • Japón: los orientales sorprendieron por su soltura y su entendimiento en el campo, mostrando un fútbol que fue la envidia de muchos conjuntos consagrados. Lo tuvo a Bélgica al borde de la eliminación, pero lo dejó reaccionar por algunos errores ingenuos y se despidió en los octavos de final. La sorpresa de la Copa a partir de lo que generó en el juego, con futbolistas con capacidades escasas en varios casos.

  • Mbappé: el chico que cumplirá 20 años en diciembre le mostró al mundo que su nombre estará en las vitrinas en la próxima década. Su potencia, su velocidad, su repentización para resolver con poco espacio, logró hacer olvidar a las grandes figuras. A su edad, convertirse en protagonista principal de un equipo que es campeón del mundo, deja la muestra de lo que es capaz.

  • Griezmann: el delantero cumplió un papel diferente al que le toca en su club, jugando en una posición más retrasada para colaborar en la elaboración de las jugadas. Lo hizo con categoría, y también le aportó goles para hacer de Francia un conjunto poderoso. El logró ubicarse como la figura de la final del mundo, nada menos.

  • Messi: el rosarino estuvo desconocido en Rusia. La sabiduría que tiene no la pudo aportar para Argentina, y los conflictos internos no lo dejaron bien parado. Lo mejor que hizo fue la definición ante Nigeria, parando la pelota con una pierna y rematando con la otra, todo en el aire. Su futuro con la Selección es incierto, y quizá haya sido su último Mundial.

  • Maradona: se lo vio por Rusia dejando distintas escenas, algunas penosas ante el asombro de todos. En el partido final concurrió al estadio Luzhniki y se abrazó con otros campeones como Passarella, Kempes y Bertoni. Cuando las cámaras lo tomaron sonrió para transmitir tranquilidad sobre su salud.

  • Ronaldinho: la alegría del brasileño se destacó en la fiesta de cierre, donde le asignaron un tamboril para que pueda lucirse con la música. El estadio explotó cuando lo reconocieron. Este tipo de presencias le hacen bien al fútbol.