En campaña, Mauricio Macri había subrayado que la inflación no iba a ser un problema en su gobierno. Y fue más allá: «La inflación es la demostración de tu capacidad para gobernar», había dicho. «¡No qué va a ser difícil» bajar la inflación repetía.
Hoy, a dos años de ser presidente y sin poder encontrarle la solución al tema, admitió que «este año terminaremos en una inflación de alrededor del 30 por ciento lamentablemente, producto de este tormentón y la suba internacional del petroleo».
En ese sentido, tras su fracaso para bajar la inflación, recomendó buscar precios. Al mejor estilo Lita de Lazari, que en su programa de televisión en la década del 90 orientaba a las amas de casa para que consiguieran hacer compras a menores precios, Macri señaló que «la gente tiene que caminar, mirar, porque en este momento de devaluación hay diferencias de 30 por ciento en los precios».
«Comparen precios hasta que esto se termine de equilibrar”, insistió el Presidente y, pese a los datos oficiales, se volvió a mostrar confiado con respecto a su capacidad para gobernar y bajar el costo de vida: «Este mes baja, va a seguir yendo a la baja, el año que viene va a bajar y en dos o tres años vamos a tener una inflación de un dígito», expresó en declaraciones a la radio de Córdoba Cadena 3.
Macri volvió a reconocer errores de su gestión, argumentando que en el inicio de su gobierno buscó controlar el costo de vida «bajando el gasto público lentamente», pero que luego entendió que «eso no anda».
También dijo que subestimó el impacto en la inflación del brutal aumento de tarifas de servicios como luz, gas y agua.
«Lo otro que subestimamos fue que el aumento de las tarifas tiene un impacto muy grande en el índice de inflación. Tuvimos que aumentar 1000 por ciento. Creo que ahora estamos mucho más cerca y tenemos mucho más claro cuáles son los problemas con el gasto público”, se entusiasmó.
“Nos salvamos de ir a un millón por ciento de inflación como Venezuela, pero todavía estamos batallando contra la inflación», cerró.