La bronca de un puñado de fondos que apostaron a la estabilización del dólar golpea fuerte al mercado luego de que perdieran más de 3.000 millones de dólares en unos pocos meses en Argentina.
Y acusan a la impericia del Gobierno de garantiza la estabilidad cambiaria prometida como la causa de su urgencia por vender y recomendar a otros fondos de inversión abandonar el riesgo argentino, que por estas horas supera los 800 puntos básicos.
Franklin Templeton primero y Blanck Rock y Alliance Bernstein en segundo término fueron los grandes compradores de los Bonos del Tesoro (BOTEs) que emitió Caputo cuando evitó que el dólar superara el 15 de mayo pasado los $25.
En aquel entonces luego de que comenzara la primera oleada de la corrida cambiara, el Banco Central enfrentaba un supervencimiento de Lebacs mientras el dólar se aceleraba.
El entonces ministro de Finanzas y ahora presidente del Banco Central, Luis Caputo, consiguió convencer a dos grandes fondos de inversión especializados en activos de riesgo, Franklin Templeton y BlackRock, desembolsaran unos 3.000 millones de dólares cuando el dólar saltaba a $25,50 para posicionarse en Bonos del Tesoro (BOTEs), que adquirieron por $73.249 millones de dos instrumentos a tasa fija a 2023 y a 2026 con los que auxiliar al Gobierno.
Con una tasa pactada de 20% anual en pesos, hasta hoy solo por la variación de monedas, llevaban perdidos 930 millones de dólares por esta operación. Como fueron bonos emitidos a medida de estos fondos, hoy no encuentran comprador y su precio de mercado también cae, lo que amplía las pérdidas a casi 1.100 millones de dólares.
«Compraron $2.6bn sólo en mayo y eso ahora vale $1.5bn. Algo vendieron, pero les va a costar salirse, es un mercado cero líquido. Nadie los quiere esos bonos», resumió un operador bursátil.
«Están furiosos. Necesitan salir y no se los venden a nadie. El mercado entró en pánico», comentó otro operador.
«A mí me parece que pueden estar muy enojados, pero no me imagino que ese enojo individual de los inversores pueda trasladarse al manejo de carteras. Se trata de los fondos más prestigiosos del mundo», discrepó un tercer operador.
La especialidad de estos fondos en mercados de frontera son las apuestas agresivas: comprar títulos en monedas estresadas, como en un proceso de overshooting, y sumarle al rendimiento en moneda local, la mejora del tipo de cambio del ajuste posterior.
En aquel entonces, el Gobierno confiaba en que el tipo de cambio volvería a $23 y así se los aseguró Caputo a inversores y banqueros. La realidad demostró lo contrario.
El derrumbe de los precios fue tal que para un bono con un valor técnico de $105,9, su valor de mercados era menor a los $81, como era el caso del BOTE a 2026.
Datos publicados por el diario El Cronista al momento de la adquisición de estos bonos, señalaban que Franklin Templeton -cuyo socio en Argentina era el fondo SBS conducido en ese entonces por el hoy vicepresidente del Banco Central, Gustavo Cañonero- era dueño del 44,7% de los BOTE 2023 en circulación y del 57,32% de los BOTE 2026.
Mientras que BlackRock tenía el 3,6% y el 2,51% de ambos títulos respectivamente y Alliance Bernstein 10% y 2,52%.
No solo de estos dos títulos, sino que también adquirieron BOTE 21, 46% fue a manos de Templeton, 522% a Alliance Bernstein y 2,92% a BlackRock.
Estimaciones difundidas dos semanas atrás por el diario Página 12 calculaban que Templeton concentra 6.200 millones de dólares de deuda argentina y BlackRock, 3.700 millones de dólares adicionales.
Solo Allianz SE los superaba con 6.400 millones de dólares.