Entre nervios, rumores de todo tipo, el Gobierno avanza con los cambios de nombres y de estructura ministerial. La decisión del presidente Mauricio Macri es la fusión por áreas temáticas de todo el gabinete.

Esto supone que habrá un ministerio de Economía fuerte, un mega ministerio de Desarrollo Social y otro grande Educación. Son horas de incertidumbre y todos los borradores están a tiro de cambios, pero la certeza de que el presidente dará una señal al mercado y, acaso, al electorado sobre su voluntad de modificar su cuestionado esquema de gestión.

De ahora en más habrá ministros fuertes, con mayor autonomía. La reducción final de carteras sigue en debate, aunque a esta hora serían 12.

Confirmado Marcos Peña como jefe de asesores, Macri le pidió que sea él quien llame a ministros y funcionarios para anunciarles cambios y, también, para discutir el futuro.

De todas maneras, a la salida de los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, fuentes oficiales revelan que está prácticamente cerrado el desembarco de Alfonso Prat Gay a la Cancillería. El actual ministro, Jorge Faurie, ya fue notificado de su salida.

Seguramente siga trabajando bajo la órbita de la Cancillería. Faurie nunca había soñado con ser ministro, pero los buenos oficios de Fulvio Pompeo, el secretario de Asuntos Estratégicos y “canciller en las sombras” le dio el placer de pasar a integrar el gabinete.

Por otro lado, en las reuniones que se dan en estas horas en Olivos sigue vacante la de ministro de Economía. La decisión oficial fue anexar el ministerio de Agroindustria (su titular, Luis Etchevehere tiene un pie afuera ya), entre otros.

Para ese cargo se pensó en Carlos Melconian. Ayer por la noche se lo ofrecieron, pero el economista pidió, como condición, manejar el Banco Central también, ya que tiene una pésima relación con el actual titular, Luis “Toto” Caputo.

Por ahora Melconian no sigue en carrera. La nómina de nombres continúa: se pensó en Prat Gay, en Miguel Bein y hasta en Rogelio Frigerio, el ministro del Interior, que no quiere saber nada con dejar la planta baja de la Casa Rosada, donde tiene su despacho actualmente.

En horas de la tarde, un fuerte y último trascendido logró cruzar la barrera de Olivos: la permanencia de Peña es un punto conflictivo.

Según las fuentes consultadas, tanto Prat-Gay como Melconian habrían puesto como condición de su regreso la partida del número dos de Macri, el actual jefe de Gabinate.

Las reuniones comienzan a acercarse a su punto más caliente a medida que la jornada del domingo avanza hacia su fin.

 En tanto, el futuro de Nicolás Dujovne es incierto: peleado con Caputo, está muy molesto por los desmanejos internos a horas de viajar a EEUU a entrevistarse con el FMI.

Pasan horas frenéticas, entre discusiones con funcionarios (¿será cierto que casi termina con golpes de puño una discusión ayer a la tarde en Olivos?) y los anuncios con el ajuste y la suba de impuestos de mañana.

Otro dato central: avanza la idea de que el hasta ahora ministro de Modernización (rebajado a secretaria), Andres Ibarra, desembarque en la Casa Rosada como segundo de Peña.

Sería un golpe duro para el jefe de Gabinete: Ibarra es amigo personal del presidente y, en los últimos dos años, no paró de quejarse de Quintana, quien intentó cercarlo con funcionarios de su confianza y darle órdenes como un jefe.

Por su lado, Desarrollo Social será un ministerio trascendente: Carolina Stanley tendrá bajo su ala la cartera de Salud (resistido cambio por los radicales que intentarán frenarlo hasta entrado el día de hoy) y se anexará el Anses.

Desde comienzos de año se viene hablando de Stanley como una super ministra del área social. Otro que quedará con un ministerio fuerte será Alejandro Finocchiaro, el titular de la cartera educativa, quien se anexará Ciencia y Tecnología (lo más probable es que Lino Barañao deje su cargo si es reducido a secretario) y Cultura, cuyo titular, Pablo Avelluto, es amigo personal de Finocchiaro.

Es decir, se quedaría a pesar de ser reducido a secretario. Finalmente, en Seguridad, Patricia Bullrich podría quedarse con el área de Defensa.

Ernesto Sanz era número puesto para ir allí pero, hasta el mediodía del domingo, no lo habían informado de ese lugar reservado para los radicales.

Queda la incógnita sobre el ministerio de Justicia: se rumoreó ayer por la noche que sería secretaria y Bullrich se quedaría con el área, en cuyo caso Germán Garavano renunciaría. Por estas horas aún aparece en el borrador de organigrama como ministerio. Habrá que esperar.