El futuro de Nicolás Dujovne es la única incógnita importante que queda en el rediseño del gabinete que se definió en sus trazos gruesos este sábado en la Cumbre de Olivos que encabezó Mauricio Macri.
El ministro de Hacienda renunció tres veces desde el fallido anuncio de la renegociación con el FMI.
Pero el macrismo tiene su propia lógica. Por ahora, salvo que Dujovne logre dar el portazo -que le está costando- la idea es que aplique el plan de Carlos Melconian -que básicamente viola todas las promesas de Macri- y ponga la cara por el papelón histórico de ser el primer ministro que no pasa la primer revisión de un acuerdo con el FMI.
Esa desprolijidad los argentinos solían reservarla al menos para el segundo o tercer tramo de los acuerdos. La decadencia es implacable.
Dujovne se cruzó mal con el presidente del Banco Central, Luis Caputo, luego del fallido anuncio de la renegociación del acuerdo con el FMI.
El ministro de Hacienda cultivó de manera personal el vinculo con Christine Lagarde, se presentó como una persona seria y hasta se apalancó en sus vínculos familiares con Donald Trump.
Todo es prestigio trabajado con esfuerzo se incineró ante la agentinada de Macri, Caputo y Marcos Peña, en un minuto y medio de Facebook Live.
La cúpula de la Casa Rosada se hizo un tiempo en medio del descalabro general, para devolverle gentilezas a Dujovne.
Se dejó trascender que Macri había ofrecido el ministerio a Melconian. Los mismos hablaron el viernes por la mañana 40 minutos y este sábado volvieron a hacerlo.
La respuesta no se hizo esperar: Marcos Peña nunca habría leído el acuerdo con el FMI. Pidió que Hacienda le haga un resumen con «bullets» del entendimiento. Al parecer el Jefe de Gabinete no resiste memos de más de tres carrillas, es la replica insidiosa.
Melconian es el ideólogo de las duras medidas que se anunciarán el lunes. Lo notable es que le resultan repulsivas y sólo justificadas por el descalabro de la maldita herencia que dejó el gradualismo que iniciaron Marcos Peña y Prat Gay y continuaron su sucesores, siempre con el aval de Macri.
Por eso considera que los más justo es que las anuncie y aplique lo que quede del actual equipo y luego asumir el cargo.
Lo de Marcos Peña, ya desarmada la estructura de control sobre la macroeconomía de la Jefatura de Gabinete, para Melconian pasó a un segundo plano. Las resistencias se ablandan cuando se está mas cerca del poder.
Pegando a la base electoral
Las medidas en marcha son un golpe durísimo a la base electoral de Cambiemos. A la idea de aplicar retenciones a todas las exportaciones, según pudo confirmar LPO, se agrega la posibilidad de pasar la categoría superior del monotributo a responsable inscripto, es decir acelerar para mal el efecto que está causando la devaluación.
Esto significa que una franja de clase media que factura alrededor de 50 mil pesos por mes, vería reducirse sus ingresos casi en un 50 por ciento, por los nuevos impuestos mas la carga administrativa que les causa una medida que los convierte en «empresas».
El criterio fiscalista al que obliga el Waterloo que sufrió el programa en marcha ante sus prematuros incumplimientos del acuerdo con el FMI, incluye la posibilidad de desindexar las jubilaciones y suspender la baja de bienes personales, medida que se instrumentó para favorecer el blanqueo.
Pero no es la única promesa incumplida. La suba de retenciones al campo -que atrás quedó la discusión sobre el freno a la baja-, pone el macrismo en un escalón de paridad con el kirchnerismo y le enajena una de sus pocas bases electorales sólidas que le quedan. Pero ahora será incluso peor, si avanza la idea de imponer una retención general a todas las exportaciones.
Esto también afectaría a economías regionales y a la industria, que acaba de sufrir la quita de reintegros. En un contexto de tasas al 60% y sin ninguna medida de auxilio a la producción.
Da vueltas también la idea se subir un punto al IVA, para terminar de colocar a la Argentina entre los países con la carga tributaria más alta del mundo, dejando atrás otra promesa del macrismo, como la baja de la inflación y el ingreso en el mundo las las naciones con reglas previsibles.
La épica agónica del rescate heroico del Apollo XIII queda sepultada así de manera definitiva.