El temor por lo que puede pasar en las próximas horas y días llevó a más de un millón de habitantes de diversas ciudades costeras de Estados Unidos a tomar la decisión de abandonar sus hogares por miedo al huracán Florence.
Quienes optaron por quedarse, hacen lo posible por proteger sus viviendas de los vientos de hasta 220 kilómetros por hora.
Muchos estiman que cuando la lluvia esté por desatarse van a optar por evacuar sus hogares.
La última oportunidad para quienes quieran dejar sus casas la tendrán este miércoles a las 20. En ese momento, ya pocas horas antes de que, según se estima, se desatará el temporal, se cortarán la luz y el agua.
El último registro publicado por las autoridades al huracán Florence en la categoría 4, lo que lo potenciaba como «extremadamente peligroso».
Las operaciones de evacuación afectan a 1,7 millones de personas en Carolina del Sur, Carolina del Norte y en Virginia, los estados más amenazados por el avance de la tormenta, que debería alcanzar las costas estadounidenses el jueves, según las previsiones del Centro Nacional de Huracanes.
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, advirtió a los habitantes de las zonas peligrosas a salir cuanto antes.
«Es una tormenta de la cual la gente tiene que escapar. Es histórica, algo que pasa quizás una vez en la vida», precisó.