En un cambio de estrategia, el oficialismo está decidido, luego de avanzar con el PJ Federal, a llegar hasta la expresidenta en la búsqueda de «consensos». Macri ya habló con Lavagna, Urtubey, Pichetto y Massa.
uego de hablar con los principales precandidatos a presidente de Alternativa Federal, ahora el presidente Mauricio Macri no descarta un diálogo directo –e incluso un encuentro– entre el jefe de Estado y la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner.
La idea partió en las últimas horas del sábado, luego de que Macri dialogara con Sergio Massa al mediodía, y con el economista Roberto Lavagna, el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey y el senador Miguel Pichetto en la tarde del viernes.
“Las plataformas y programas de Gobierno los elige la gente cuando vota. Lograr consensos básicos es nuestra responsabilidad como dirigentes”, planteó uno de los funcionarios que se viene ocupando del tema desde hace cuatro días.
La relación con el kirchnerismo la arrancará en el Congreso cuando el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, encare el diálogo con Agustín Rossi, jefe del bloque K.
Pero la idea que ahora barajan en el oficialismo es no circunscribirlo al ámbito parlamentario y que se amplíe hasta la líder natural del kirchnerismo.
Por ello, desde la Casa Rosada no descartan, por primera vez, un encuentro entre el presidente y su antecesora en el cargo para discutir los puntos básicos del acuerdo.
¿Es posible que se realice un encuentro? En el oficialismo no lo ven en el corto plazo pero confían en no cerrar el cerco a CFK. Se trataría de una muestra de amplitud que de ninguna manera existía meses atrás.
Al menos, según afirman en Balcarce 50, quedará claro si el kirchnerismo no quiere firmar un acuerdo de temas de políticas públicas como el equilibrio fiscal, estadísticas confiables o un sistema previsional equilibrado.
En estos días Macri se puso al frente de los diálogos con el PJ Federal.
Pero aún no había avanzado ni él, ni el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien impulsó el acuerdo básico, ni el jefe de Gabinete, Marcos Peña, un acercamiento al cristinismo.
