Además del paro, pasado el mediodía convergieron en Barcelona cinco columnas procedentes de varias ciudades de la región. La manifestación supera el medio millón de personas.
Cataluña vive este viernes una huelga general convocada por los sindicatos independentistas Intersindical-CSC y Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC) para protestar por la sentencia del “procés”, que no es secundada por los sindicatos mayoritarios (CCOO y UGT).
Más de medio millón de personas están en las calles de Barcelona, y el recuento provisional de la policía catalana este viernes es de once detenidos: cinco en Girona, tres en Tarragona, dos en la zona central y uno en Barcelona. Hacia la tarde se produjeron los primeros enfrentamientos entre manifestantes y policías, que seguramente tendrá un saldo de más detenidos.
La capital de la Comunidad Autónoma fue escenario el jueves de violentos disturbios por cuarta noche consecutiva, que también tuvieron como protagonistas a los ultraderechistas que se enfrentaron con radicales independentistas, y apalearon en grupo a un joven durante la misma noche en que hubo nuevos actos de guerrilla urbana de los independentistas que desafiaron a los Mossos d’Esquadra.
A las barricadas, hogueras y quema de mobiliario urbano y objetos de terrazas y comercios, se sumaron, al menos, tres agresiones: dos de grupos de extrema derecha a jóvenes independentistas y otra en la que la víctima ha sido, al parecer, un joven de extrema derecha.
Hoy, grupos de manifestantes cortaron la autopista AP-7 que transcurre paralela a la costa mediterránea a la altura de la localidad fronteriza de la Jonquera (Girona), en sentido sur, y la AP-2 en Tarrés (Lleida) desde antes de las 7:00 horas (5:00 GMT), así como una veintena de carreteras catalanas.
En Girona, un grupo de manifestantes que se había concentrado a las 6:00 horas (4:00 GMT) ante la estación del tren de alta velocidad (AVE), que estaba protegida por un dispositivo policial, emprendió un recorrido por las calles de la ciudad para hacer pintadas y lanzamiento de pintura en fachadas.
Los servicios mínimos decretados en el metro y autobuses de Barcelona y los trenes de Renfe funcionaron con normalidad en las primeras horas de la huelga. Fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) han informado que el servicio de metro y autobuses trabaja según los servicios mínimos decretados por el Gobierno autonómico. También los trenes de Renfe circularon de madrugada con los servicios mínimos fijados y sin incidentes.
Igualmente, fuentes del Gobierno español aseguran que en puertos hay normalidad, al igual que en el aeropuerto de El Prat, donde, según indican, están cubiertos los servicios mínimos, ya que hay 789 vuelos protegidos de los 979 programados para esta jornada y en los accesos no hay dificultades. De momento, hay una treintena de vuelos suspendidos de Vueling, y en facturación, algo más de colas, aunque dentro de la situación habitual de un viernes.
La jornada es intensa en Barcelona, ya que además de la huelga, pasado el mediodía convergieron cinco marchas procedentes de otras tantas ciudades catalanas, y a esta hora se desarrolla una gran manifestación.
Las calles de Cataluña están en ebullición desde que el lunes el Tribunal Supremo español impuso penas de entre 9 y 13 años de cárcel a nueve líderes independentistas, implicados en el intento fallido de secesión de 2017. «Son presos políticos. Y estoy muy enfadada”, decía en La Boquería Susana Medialdea, una empleada de una tienda de aceitunas, de 53 años, que aboga por un referendo de autodeterminación vinculante.
“Algo está pasando en esta región desde hace más de 7 años, no son cuatro chalados” los que quieren la secesión, explica. “Cuando el Gobierno español dice que el movimiento independentista está derrotado, digo: ‘Pues que ponga las urnas y quedará demostrado, ¿cuál es su miedo?’”.
Las manifestaciones contra la sentencia comenzaron de inmediato, y tomaron en Barcelona y otras ciudades catalanas un cariz violento que supone una novedad en el movimiento independentista, orgulloso hasta ahora de su carácter pacífico.
Las últimas noches en Barcelona, cientos de jóvenes con las caras tapadas montaron barricadas ardiendo en el lujoso Paseo de Gracia y calles aledañas, se enfrentaron a la policía con cócteles molotov y ácido, e incluso la noche del jueves saquearon una sucursal bancaria y una tienda de ropa, según los Mossos d’Esquadra, que tuvieron que cargar con pelotas de espuma. En total, 36 personas precisaron atención médica el jueves en Barcelona, según los servicios de emergencias.
Los incidentes arrancaron el lunes, cuando unos 10.000 manifestantes bloquearon parcialmente el aeropuerto barcelonés, y desde entonces hubo cerca de 110 detenidos en toda Cataluña, 11 de ellos la noche del jueves, según fuentes oficiales. Siete están en prisión preventiva.