El Millonario debió batallar para superar a uno de los animadores de la Primera Nacional, pero gracias a los goles de Javier Pinola y Exequiel Palacios logró el objetivo de alcanzar su tercera final en el certamen federal
En la última presentación del Millonario antes de la definición de la Copa Libertadores ante Flamengo, River tuvo que transpirar para superar a Estudiantes de Caseros: le ganó 2-0, a partir de los goles de Javier Pinola y Exequiel Palacios en el epílogo de cada etapa. Así, avanzó a la final de la Copa Argentina por tercera vez en la era Gallardo, instancia en la que se probará ante Central Córdoba de Santiago del Estero, que le ganó a Lanús por la mínima diferencia en La Rioja.
El Pincha le opuso al campeón de América un planteo elaborado, que logró incomodarlo. Con cinco hombres en el fondo, presión a partir de que los hombres del Millonario pasaron la mitad de la cancha, y bloqueo a las usinas de juego, le minó a River los caminos hacia el arco de Altamirano. Los dirigidos por el Muñeco buscaron soluciones en la movilidad, cambiando piezas de lugar y no dando referencias. Pero en la primera media hora sólo pudo inquietar con remates lejanos, sobre todo desde los botines de Ignacio Fernández.
Al mismo tiempo, la Banda asfixió la salida ante un Estudiantes que intentó partir jugando, con el balón por el césped, lo que generó en varios tramos recuperación alta de River. Cuando logró escaparse de la presión, el elenco que compite en la Primera Nacional apeló a transiciones rápidas, a un toque, pero apenas consiguió asustar con un tiro lejano de Montoya y alguna pelota quieta.
Sobre el final de la etapa inicial, el Millonario apretó y sacó ventaja. A los 46′, De la Cruz generó la intervención de Altamirano con un remate potente. Y del tiro de esquina, Pinola arremetió tras una peinada oportuna de Martínez Quarta y puso el 1-0.
Con el correr de los minutos, en la segunda parte, River comenzó a conectar más y mejor. Estudiantes, por la necesidad de buscar la igualdad, empezó a djear espacios entre líneas para las combinaciones entre volantes y delanteros del Millonario. Sin embargo, le faltó la última puntada. Gallardo fue moviendo el banco de suplentes para cuidar ciertas piezas y darles rodaje a otras. Así, Pratto (reemplazante de Matías Suárez, quien no jugó por una fatiga muscular) le dejó su lugar a Scocco, Quintero hizo descansar a Nacho Fernández, y por último salió al campo Carrascal por De la Cruz.
A los 32 años, lo tuvo dos veces Milton Casco (en el segundo intento, la pelota dio en el palo) y Borré anotó luego del rebote, con el arco vacío, pero la conquista fue anulada por fuera de juego (error del equipo arbitral). Sobre el final, Borré perdió su chance y, en la contra, llegó la gran polémica: Figueroa remató, Armani dio rebote y, cuando buscó atenazar la pelota, Díaz la impulsó para empatar. Sin embargo, el árbitro Mauro Vigliano anuló por infracción. La sensación es que el delantero le disputó el balón de las manos al guardameta.
En el minuto 51, cuando el arquero de Estudiantes fue a buscar al área contraria, River recuperó y Palacios, con la valla desguarnecida, puso el 2-0 y selló el pasaje para el Millonario; que se llevó el susto de la molestia de Enzo Pérez pensando en el duelo ante Flamengo.
El camino de River. Para llegar a esta instancia, el equipo de Gallardo sólo tuvo que atravesar una definición por penales para avanzar en el campeonato. En 32avos. de final, superó 3-0 a Argentino de Merlo. Contra Gimnasia de Mendoza fue que tuvo que esperar hasta la definición desde los 12 pasos para clasificarse a la siguiente ronda: igualó 1-1 y ganó en los penales. Ya en los octavos de final, venció por la mínima a Godoy Cruz (1-0) y en cuartos de final eliminó a Almagro (2-0), el equipo que dejó a Boca en el camino.
Todo indica que River y Central Córdoba se enfrentarán el 4 de diciembre en Mendoza para definir la corona de la Copa Argentina. Pero antes la Banda tiene otra final…