La pandemia de coronavirus sirvió para poner en un lugar de mayor valoración a la ocupación de la enfermería, un sector que sufre escasez de profesionales a nivel mundial y falta de reconocimiento por parte de la sociedad. Hoy en día son los superhéroes del momento, tal y como lo graficó el artista callejero Banksy en una de sus últimas creaciones.
Son los guerreros de las trincheras sanitarias cuyo trabajo se considera esencial. Cada 12 de mayo se celebra el Día Internacional de la Enfermera, si bien en Argentina también hay una fecha conmemorativa a nivel local, elegida el 21 de noviembre porque en esa jornada de 1935 se fundó la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería.
En la actualidad, la enfermería es una profesión de educación continua e investigación permanente. Por muchos años la mayoría de sus profesionales eran mujeres, pero con el paso del tiempo cada vez son más los varones que se dedican a este trabajo.
Christian es enfermero del sector de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía y le tocó celebrar su día, al igual que sus compañeros, durante una situación inédita en el mundo: la pandemia de coronavirus. Desde hace dos meses que se enfrenta a un panorama desafiante con la obligación de estar pendiente y a disposición del sistema sanitario donde y cuando se le requiera.
“En todas las instituciones de salud se cancelaron licencias y francos para el personal, pero en particular los de enfermería”, cuenta el licenciado Christian M. Acosta, que a los 17 años arrancó su formación como auxiliar y desde entonces se formó en esta profesión, siguiendo los pasos de su madre. Con su padre fallecido cuando era chico, desde pequeño le tocó pasar las fiestas y feriados con su madre en la guardia del centro de salud en el que ella trabajaba.
“Yo mamé el hospital de chico. Vi la dedicación y entrega de ella, y el agradecimiento de los pacientes, como la quería y la respetaban. Ella me trajo hasta acá”.
Christian trabaja en el hospital Ramos Mejía. En estos días, su trabajo está marcado por el COVID-19. “Una pandemia requiere una preparación y un estado de alerta permanente para ver como evoluciona, viendo la dinámica de contagiados y el manejo de los mismos. Nos reclaman una sobreexigencia para poder contener y atender a cada paciente que ingresa.
Además, hay que estar atento a la modificación de protocolos diarios, cada jornada hay nueva información, estandarización de cuidados, uso de elementos de protección personal. Es una lucha permanente para poder abordar esta situación que creo que supera a todos”, cuenta Acosta.
Además de la exigencia que supone la pandemia, Acosta remarca que la crisis sanitaria evidenció la falta de recursos y la ineficiencia de quienes tienen que gestionar aunque también la solidaridad de la población: “Hubo bastante desorganización general en cuanto al envío de los elementos de protección personal, de armar las horarios, los refuerzos que no llegan de RR.HH.
Por eso exigimos la participación en los comités de crisis que están conformados por cargos jerárquicos. Necesitamos que vaya gente que está en la trinchera y que sufre las malas decisiones que se toman y tiene más información de primera mano. Tuvimos que comprar nosotros los mamelucos. En eso se ve también la solidaridad de la población. Recibimos donaciones como máscaras faciales de distintas organizaciones, incluso 70 de ellas las hizo una mujer divina en su casa”. Es una lucha permanente para poder abordar esta situación que creo que supera a todos, cuenta Acosta.
Patricia Claros es enfermera jefe del Pabellón Repetto del Hospital Británico, el área donde se lleva a cabo la internación de los pacientes con sospecha o infectados por el COVID-19. Con 30 años ejerciendo la profesión, se muestra agradecida de poder seguir con su labor en plena pandemia: “Se pasa feliz este día al poder cumplir y entregarnos a lo que nos dedicamos. Elegimos una forma de vida, y en este momento que vivimos es muy especial y tenemos que dar mucho más aún”.
Claros valora la pronta respuesta del hospital a la hora de elaborar protocolos para enfrentar la crisis sanitaria: “Estamos trabajando muy tranquilos porque se tomaron muy tempranamente los recaudos necesarios. Están establecidas las medidas sanitarias y tenemos todos los elementos de la protección personal, estamos muy bien cuidados”. Ella se formó en la escuela de enfermería del Hospital Británico y ahora es una de las encargadas de gestionar esta pandemia en la institución. Patricia Claros y sus compañeras del hospital.
Estela Del Valle Rodríguez es licenciada en enfermería, trabaja en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) y afirma que para ella este día es “como cualquier otro”. Para la profesional, la pandemia no modificó demasiado su labor: “El trabajo de bioseguridad lo tenemos muy incorporado, no es algo nuevo y distinto para nosotros, con la emergencia sanitaria lo reforzamos. Ahora quizás estamos más en alerta porque tenemos algo invisible por no sabemos por qué lado nos va a atacar, que creo que es la sensación que hay también a nivel social”.
Por su parte, Nicolás Parra es Coordinador de Enfermería de Grupo Medihome y enfermero de la Dirección de Emergencias Sanitarias y Catástrofes de la Provincia de Buenos Aires de los vuelos sanitarios de traslado de pacientes con COVID-19. “Me encuentro movilizado por la situación. Estoy conectado con colegas de otros países viendo lo que puede llegar a venir dado que ellos están más adelantados en cuanto a la pandemia. A veces estoy muy saturado por la demanda de las familias que esperan nuestra palabra de contención ante la información cruzada.
Creo que la actitud está en saber que es un momento de entrega al prójimo. Que hoy más que nunca nuestro rol se torna fundamental. Desde lo asistencial, hasta la contención de un colega que se invade por el miedo al virus; de ayudarlo a cuidarse para poder cuidar. Creo y sostengo que aquel que se enfoque en esta hermosa profesión, que trae aparejada momentos muy lindos y algunos terribles, debe saber que priorizamos la entrega y el bienestar”, expresa.
Creo que la actitud está en saber que es un momento de entrega al prójimo, expresa Nicolás Parra-
Los profesionales en enfermería coinciden en que gracias al coronavirus la población se dio cuenta de la importante de su labor en el sistema sanitario. “Creo que es un despertar de la sociedad de ver lo que un enfermero hace, porque a veces desde lo cultural este trabajo se la relaciona con determinadas acciones como por ejemplo asistir cuando una persona tiene que ir al baño. Pero hacemos infinidad de cosas a nivel administrativo y sanitario. Estudiamos constantemente, nos formamos y es mucho más amplio de lo que la gente puede llegar a saber. Normalmente lo aprenden cuando pasan una situación de enfermedad o desgracia en forma directa y ven nuestro trabajo.
Ahora, con el coronavirus hay un reconocimiento más. Recibo más saludos y agradecimientos de gente que ni siquiera me conoce”, explica Del Valle Rodríguez. Y agrega: “Formamos parte de una actividad que tenían relegada, que hoy por hoy ha tomado un rol de importancia más grande. Ahora estamos en el podio y mañana se verá pero espero que se recuerde la importancia de nuestra función dentro del sistema sanitario. Hay que cuidarnos para que nosotros podamos proteger al resto. En este momento somos actoras principales que estamos abrazando a la sociedad para que enferme lo menos posible”.
Por su parte, Claros apunta: “Creo que la situación que estamos pasando fue un detonante como para que la enfermería sea más visibilizada, para que realmente se den cuenta del rol que cumplimos dentro de la sociedad. Si bien la profesión por sí misma se valora, pero no es solo la atención ante una enfermedad sino buscar la forma de que la salud permanezca y eso es en la prevención”.
“Hay que empoderar a la enfermería, darle un poder central, jerarquizándola no solamente en su área sino en toda la estructura sanitaria. Hoy se ve un mayor reconocimiento del rol de enfermería en especial en esta situación de la pandemia. La gente se dio cuenta del lugar que ocupamos y de la magnitud del trabajo”, completa Acosta.