La escalada de contagios de coronavirus que ya llegaron a 417735 casos y 8730 muertos amenaza con saturar el sistema de salud en varias localidades argentinas.
Cada 30 días se duplica la cantidad de internados en terapia intensiva y en Río Negro, Jujuy, Santa Cruz y Santa Fe están al borde de tener que elegir a qué pacientes atender por falta de profesionales.
Se trata del escenario que el gobierno nacional había intentado evitar para no repetir las fotos de ciudades como Nueva York, Quito y otros sitios donde los pacientes morían en sus casas por no conseguir una cama para internarse.
En la Argentina la mortalidad por millón de habitantes continúa baja respecto de otros países del mundo como Colombia, México, EEUU, Brasil, Chile, Italia, España, Inglaterra o Perú, pero un desborde del sistema sanitario podría tener consecuencias catastróficas.
Las curvas de ocupación de camas de terapia muestran que la ocupación se duplica cada 30 días en la Argentina. El 17 abril había 127 que pasaron a ser 256 el 30 de mayo.
Un mes más tarde, el 29 de junio, había 555 camas de Terapia Intensiva ocupadas que se transformaron en 1104 el 31 de julio. Al 31 de agosto son 2273 las plazas ocupadas por pacientes graves.
«Estamos colapsados. Éramos pocos antes de la pandemia, ahora nuestras filas están diezmadas. Tenemos muchos compañeros enfermos y algunos fallecidos. Estamos exhaustos.
El cuello de botella es el recurso humano, no las camas», aseguró Arnaldo Dubin, miembro de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
Desde que comenzó la epidemia las camas de terapia intensiva pasaron de 8521 a 12023, unas 3502 camas más. Sin embargo los hospitales deben seguir atendiendo a los pacientes regulares y eso es lo que complica la situación.
«Los intensivistas estamos viviendo situaciones esquizofrénicas. Estamos alarmados porque vemos que ya llegamos al límite, que no vamos a poder tratar a más pacientes. No compartimos el porcentaje de camas libres que da la Ciudad. Sólo hay un 10% de camas libres», aseguró en diálogo con El Destape.
Ninguna de las provincias alcanzó el 100% de ocupación en sus camas, pero son muchas las localidades que quedaron al borde de la saturación.
Jujuy, que en todo su territorio cuenta con 120 respiradores, alcanzó los 230 muertos y eso equivale a 270 muertos por millón de habitantes, un número muy similar al del AMBA.
Lo que complica el panorama en Jujuy es que esa cifra llegó con solo dos meses de circulación comunitaria del virus, que desde marzo circula en Buenos Aires.
Río Negro es otro de los casos preocupantes. En Cipolleti 10 de las 14 camas de terapia intensiva están ocupadas y el círculo de médicos local ya dio a conocer un protocolo para seleccionar cuáles pacientes tienen prioridad en el tratamiento. La ciudad acumula casi 600 casos de Covid-19 y 24 muertos. Desde el gobierno provincial aseguran que la ocupación de camas de coronavirus llega al 60% y hay un 79% de UTI ocupadas.
Ayer se conoció el caso de un hombre de 80 años que tuvo que ser derivado desde Cipolleti a otra ciudad porque no consiguió camas.
El ministro de Salud de Río Negro, Fabián Zgaib, reconoció que en algunas zonas hay camas disponibles del sistema privado, pero que no pueden ocuparlas porque no consiguen terapistas. El gobierno intentó imponer una cuarentena estricta, pero debió dar marcha atrás luego de una serie de protestas.
Rosario había sido uno de los mejores ejemplos de lucha contra la pandemia, pero desde hace 6 semanas existe transmisión comunitaria en la principal ciudad santafesina que ya acumula el 48% de los contagios totales de la provincia.
Por el momento el 80% de las camas de terapia intensiva públicas están ocupadas y el 72% de camas privadas. Por eso el gobierno de Pablo Javkin decidió suspender gran parte de las actividades permitidas.
El ministro de Salud de Santa Cruz, Juan Carlos Nadalich, renunció el lunes a su cargo en medio de una creciente crisis del sistema sanitario en Río Gallegos, el lugar más crítico de la pandemia en la provincia.
El porcentaje de ocupación de camas de terapia intensiva en Río Gallegos es del 94.44%. La situación es mucho más leve en el conjunto de la provincia, con una ocupación del 44,44% de las camas críticas.