Eduardo Salvio hizo la diferencia y con un doblete le dio al equipo argentino el 2 a 0 en Paraguay para una victoria clave.
Ni el virus de la pandemia. Ni la inactividad de casi seis meses. Boca tiene la idea fija en ganar esta Copa Libertadores y en Paraguay demostró que está dispuesto a no dejarse vencer por ningún escollo. Lo que no pudieron conseguir River y Racing en este renacer futbolístico de los equipos argentinos, sí lo logró el Xeneize: le ganó de manera contundente 2 a 0 a Libertad y se trajo tres puntos de oro que lo dejan como líder del Grupo H, con 7 puntos. El próximo jueves visitará a Independiente Medellín.
Los papeles se quemaron en cinco minutos en La Nueva Olla. Eso fue lo que tardó Boca en llegar al arco de Libertad y convertir el primer gol en la agradable noche guaraní. Este Boca que estuvo cinco meses y 25 días sin jugar oficialmente salió a comerlo al conjunto local, que venía con muchísimo más rodaje al tener sobre el lomo 11 encuentros desde julio.
Eduardo Salvio quebró la cintura, dejó despatarrado a un defensor y definió cruzado. Martín Silva puso los guantes y Gonzalo Maroni recolectó el rebote. Su remate pegó en el palo y el nuevo rebote fue aprovechado por el Toto para lucir un nuevo festejo Sayayin.
Cuando se pensaba que el equipo de Miguel Angel Russo, que se quedó en Buenos Aires y por eso dirigió Leandro Somoza, iba a plantarse en un cómodo y confiable 4-4-2, sorprendió con un novedoso dibujo para el ciclo de Miguelito: 4-1-3-2. No se quedó esperando y buscó de movida. Y hasta tuvo inmediatas situaciones después del gol. Carlos Tevez se perdió el suyo y Maroni desperdició otra buena oportunidad disparando al medio.
Las dudas en las que se encontraba envuelto el cuadro de La Ribera se disiparon a la hora del juego. Ya River y hasta Racing, a pesar de haber perdido, habían demostrado buenos rendimientos muy a pesar del gran parate. Pero el caso de Boca acarreaba como yapa el brote de coronavirus que debió superar en su plantel.
Una veintena de casos frenaron su preparación por varios días y pusieron un gran signo de interrogación sobre el equipo. A todo esto se le sumó el ida y vuelta antes de viajar por la polémica de los test positivos y si estaban o no habilitados para viajar pese a lo que disponía la Organización Mundial de la Salud. De todos modos, la delegación que aterrizó en Asunción partió con todos negativos, para evitar mayores conflictos.
Hasta bajaron a último momento a Lisandro López. En la defensa, el único titular habitual fue Carlos Izquierdoz. Sin Julio Buffarini (lesionado), los laterales fueron Leonardo Jara y Emmanuel Mas, quien fue uno de los pocos que no se contagió de Covid-19. La inclusión del sanjuanino estuvo atada a la aparición adelante suyo de Maroni, uno que venía con ritmo desde Italia ya que jugó hasta la última fecha de la Serie A.
Con el resultado a favor y con el paso de los minutos, fue lógico que el visitante comenzara a ceder la pelota a su rival, un Libertad que se vio sorprendido y que en el primer tiempo no reaccionó, salvo algún arranque de Héctor Villalba.
El 4-2-3-1 elegido por Ramón Díaz no pesó en campo ajeno y dejó varios espacios atrás. Tuvo serios inconvenientes para llegar al área de Andrada y el experimentado Tacuara Cardozo debía bajar para poder tener contacto con la pelota ya que los volantes ofensivos no conectaban.
Ni cuando Boca presentó visibles signos de fatiga el equipo de Asunción inquietó. Es más, en un contraataque, Salvio estuvo muy cerca de hacer el segundo tras una buena asistencia de Walter Bou (entró por Franco Soldano). Y lo que se le negó en esa jugada, lo concretó a cinco del final: un gran cambio de frente de izquierda a derecha fue la carta de presentación de Edwin Cardona en su retorno al club azul y oro. El Toto la paró, enganchó para adentró y selló su doblete.
Sin ritmo, sin competencia, con casi todo el plantel recién recuperado y de visitante ante un rival que tenía toda la ventaja en la previa, el Boca de Russo volvió con oficio, jerarquía y chapa copera para dejar bien en claro que el objetivo no se negocia por más barreras que se interpongan.