El Equipo Fiscal Especial que investiga el femicidio de Cecilia Strzyzowski ordenó que hoy se realizaran nuevos rastrillajes en el Río Tragadero de Chaco, cerca de la zona donde el 20 de junio pasado se habían hallado restos óseos humanos —que aún son analizados— y pertenencias de la víctima. El procedimiento culminó en horas de la tarde de este viernes con resultado positivo: el fiscal Jorge Cáceres Olivera confirmó que encontraron más restos óseos quemados.
“Realizamos un rastrillaje en lo que es la continuación del anterior que se hizo en el Río Tragadero y se levantaron varios restos óseos en estado reducido y con indicios de haber sido quemados”, detalló al canal Crónica el representante del Ministerio Público Fiscal chaqueño.
Y amplió: “El forense que concurrió al lugar no pudo determinar a prima facie si serían humanos o de animal. Obviamente tenemos el indicio del primer levantamiento que se hizo en las condiciones que serían similares y que podrían corresponder al hallazgo anterior”.
El operativo se llevó a cabo luego de un pedido de la querella particular. En el lugar trabajó una comitiva especial, equipada con bombas de agua. El radio de búsqueda se extendió a poco más de 100 metros, 50 antes y 50 después de donde se había focalizado la anterior inspección, hace 17 días.
En aquella ocasión se había hallado, entre otras cosas, el dije con forma de cruz que utilizaba Cecilia y que fue reconocido por la madre de ella, Gloria Rivero. También huesos triturados, que fueron enviados a la provincia de Córdoba para ser analizados en el laboratorio de genética forense de la ciudad capital.
El lugar en el que se realizó el nuevo operativo este viernes
Más temprano hubo otras novedades por el caso. A las 7:30,el referente piquetero Emerenciano Sena, uno de los siete detenidos e imputados, fue trasladado desde la Comisaría Tercera de Resistencia hasta el Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) para ser evaluado por una junta médica por su diagnóstico de diabetes y cuadro de pólipos sangrantes. Poco antes de las 10:30, fue retirado del lugar para que vuelva a su celda.
Para Sena, representado por el letrado Ricardo Osuna, la audiencia fue un momento clave. Detenido hace casi un mes, el dirigente pelea por lograr una prisión domiciliaria.
Cabe recordar que en su indagatoria, antes de que los fiscales pidieran su prisión preventiva, el hombre se pronunció inocente. Aseguró que, en el período temporal en el que los fiscales ubican el crimen —es decir, el viernes 2 de junio pasado entre las 12.16 y las 13.01—, él estaba “durmiendo la siesta”. Además, dijo que “nadie le avisó de lo que había pasado”. También calificó el asesinato como “un hecho terrible”.
Esa declaración del líder de la familia Sena se produjo el 20 de junio pasado. En realidad, se trató de una ampliación de indagatoria, ya que en la primera oportunidad el patriarca del clan se había abstenido de hacerlo.
Emerenciano Sena, al dejar el encuentro con la junta médica hoy por la mañana (Edgardo Aguirre)
Quien también dice no tener nada que ver con el crimen es Marcela Acuña, pareja Emerenciano y también detenida por el caso. Ella directamente apunta contra el hijo de ambos, César. “Él fue el responsable, no nosotros. ¿Será que el ser padres nos señala como criminales?”, escribió en una carta que mandó a difundir esta semana.
“(…) Es de locos, ambos detenidos por un delito que no cometimos y que socialmente nos han involucrado. Solo el que mi hijo César diga la verdad de lo sucedido hará que podamos tener más expectativas de lograr la libertad (…) De a ratitos siento tanta impotencia. ¿Cómo en cuestión de semanas fueron por todo? Utilizando de excusa este caso, donde siempre se supo que fue pasional y que mi hijo fue el responsable, no nosotros. ¿Será que el ser padres nos señala como criminales? ¿El ser piqueteros? O bien todo lo que hicimos denodadamente por la gente. La misma gente que cree en las barbaridades que se dicen de nosotros (…)”, remarcó Acuña en un texto de puño y letra que está fechado el 30 junio pasado.
La mujer hizo otras cartas en las que se victimiza y relaciona su detención y la de su esposo con una jugada política. En este contexto, también inició una huelga de hambre en su celda con el fin de reclamar que su marido salga de prisión y sea encerrado en su casa de la calle Santa María de Oro, donde creen los fiscales del caso que se cometió el femicidio.