PRONÓSTICO EXTENDIDO

Cientificos estiman que el 20 por ciento de la Tierra está ya totalmente cubierto por carreteras

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El área de la Tierra que ha sido ocupada por carreteras ya asciende al 20 por ciento del total de la superficie terrestre, tal como ha concluido un estudio publicado este jueves en Science.

En total, un área de 105 millones de kilómetros cuadrados tiene una carretera en una distancia de un kilómetro o menos. Si se usa como referencia una distancia de 5 kilómetros, el área total ocupada por carreteras llega al 57 por ciento de la superficie terrestre.







Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Desarrollo Sostenible de Eberswalde (Alemania), entre otros, en el que se ha trazado un detallado mapa de carreteras global para analizar el impacto que pueden tener estas infraestructuras en el estado de salud de la Tierra.

Un varano atropellado en una carretera que parte por la mitad la Reserva del Bosque Gomatong, en Malasia
                                               Un varano atropellado en una carretera que parte por la mitad la Reserva del Bosque Gomatong, en Malasia– Pierre Ibisch
 Estos resultados son importantes porque se considera que las carreteras son como un muro capaz de partir los paisajes en parches de terreno: las calzadas pueden fragmentar los ecosistemas, lo que ocurre cuando las plantas o los animales no pueden cruzar la calzada y su «reino» queda encogido y debilitado, dificultando su supervivencia.

Tal como los investigadores han destacado, después de revisar 282 artículos científicos sobre el tema, las carreteras están asociadas a otros efectos perjudiciales para la naturaleza: su construcción supone la tala de árboles, y una vez que están hechas generan ruido, contaminación química, polución, incendios y atropellos. Además, estos efectos son mayores cuanto más pequeños son los parches de terreno generados por las carreteras.

Un futuro con aún más asfalto

Dado que está previsto que la longitud de las carreteras de todo el mundo aumente en un 60 por ciento entre 2010 y 2050, los científicos se han centrado en las zonas que aún no han sido colonizadas por el asfalto para tratar de identificar los puntos más vulnerables y que habría que proteger más en el futuro.

Aunque en teoría el 80 por ciento de la superficie no está conquistado por el asfalto, los científicos han identificado ahí un total de 600.000 parches de terreno generados el trazado de las carreteras.

La inmensa mayoría de estos parches son muy pequeños, lo que aumenta el impacto negativo del asfalto. En concreto, más de la mitad de los parches son menores que un kilómetro cuadrado, y el 80 por ciento de ellos miden menos de cinco kilómetros cuadrados.

Dentro de estas zonas libres de carreteras, los investigadores han constatado que la mayoría tienen un bajo nivel ecológico: están en zonas cubiertas por tundra, rocas o hielo. Por el contrario, entre las regiones más libres de carreteras y más ricas ecológicamente suelen haber bosques templados y mixtos (también con árboles de hoja perenne), que están ya considerablemente fragmentados.

Extracción de madera en zonas remotas del bosque boreal en la región de Archangelsk (Rusia)
                                                      Extracción de madera en zonas remotas del bosque boreal en la región de Archangelsk (Rusia)– Pierre Ibisch

Los lugares sin carreteras más importantes desde el punto de vista ecológico están en zonas templadas y más dominadas por el asfalto, como lo son la mayor parte de Europa y la periferia de Estados Unidos y el sur de Canadá.







El estudio, que ha sido elaborado con dos bases de datos, OpenStreetMap y gROADS, reconoce el valor de las carreteras como arterias de la civilización y del desarrollo humano. Pero también ha propuesto que las estrategias de conservación del medio ambiente de los gobiernos tengan en cuenta la influencia de las carreteras.

Solo así, consideran sus autores, se podrán diseñar políticas y leyes que puedan ir detrás de los objetivos de la sostenibilidad y la conservación de la biodiversidad.