Los bebés de 15 meses que han observado a un adulto esforzándose en solucionar un problema son el doble de persistentes a la hora de enfrentarse a un embrollo ellos mismos. Es la principal conclusión de un estudio publicado recientemente en la revista Science y que ha concluido que la perseverancia es una característica que se puede inculcar desde edades muy tempranas.
Desde los años ochenta los investigadores consideran que los niños pueden aprender a ser más persistentes gracias al ejemplo de sus padres.
Pero este es el primer experimento que muestra que los bebés son capaces de absorber estas lecciones, tal como ha explicado en Sciencemag.org Irina Mokrova, científica en la Universidad de Carolina del Norte (Estados Unidos) no implicada en el estudio.
Julia Leonard, psicóloga en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (Estados Unidos) hizo su experimento en el Museo de los Niños de Boston. Allí, preparó una habitación con juguetes y cámaras para filmar el comportamiento de los pequeños. En total, participaron en la investigación 102 bebés.
Enfrente de cada niño, Leonard les hizo ver que tenía dificultades para sacar un juguete de un envoltorio de plástico o para sacar una llave de color de una arandela. En algunos casos pasó 30 segundos fingiendo que no podía solucionar los puzzles, y hasta le pidió ayuda a los niños, y en otros casos simuló resolver estos problemas sin ningún inconveniente.
Después, les mostró una caja de música, la hizo funcionar y luego la apagó, fingiendo que utilizaba un interruptor falso.
Por último, dejó la habitación e intercambió su sitio con el padre de los niños. Durante dos minutos observó si los niños trataban de encender de nuevo la caja de música o no.
Los dos grupos de bebés trataron de encender la caja presionando el interruptor falso, pero aquellos que vieron a Julia Leonard esforzarse mucho en los experimentos, presionaron este botón el doble que los otros. «Los bebés pueden aprender que merece la pena esforzarse más en otros contextos», ha explicado Leonard.
En opinión de Mokrova este trabajo muestra la importancia de la motivación que inspira al niño a adquirir nuevos conocimientos y habilidades, y que, según ella, es una fuente de energía «aparentemente ilimitada».
Este motor es clave en la perseverancia y parece ser que es crucial para el éxito de esa persona más adelante. Según los estudios, la persistencia está más asociada con el rendimiento académico que el coeficiente intelectual.