Un reciente estudio ha develado que la radiación que emiten las lámparas o secadores para las uñas puede afectar el ADN y causar mutaciones capaces de generar cáncer.
No obstante, aunque el estudio es nuevo, un número importante de dermatólogos ya ha advertido en el pasado que la luz ultravioleta o UV puede causar daño.
La doctora Julia Curtis, quien no participó en el estudio, indicó al respecto que: «Los hallazgos contribuyen a los datos ya publicados sobre los efectos nocivos de la radiación y muestran la muerte celular directa y el daño al tejido que puede provocar cáncer de piel». Curtis añadió: «Las camas de bronceado están catalogadas como cancerígenas y las lámparas UV para uñas son mini camas de bronceado para las uñas con el fin de endurecer las uñas de gel».
Dispositivos poco o nada estudiados
El autor del estudio, el profesor asociado de bioingeniería y medicina celular y molecular en la Universidad de California en San Diego, Ludmil Alexandrov, comentó que: «Si observas la forma en que se presentan estos dispositivos, se comercializan como seguros, sin nada de qué preocuparse, pero hasta donde sabemos, nadie ha estudiado estos dispositivos y cómo afectan a las células humanas a nivel molecular y celular hasta ahora».
Este estudio resultó sorprendente porque la lámpara para las uñas es un instrumento muy usado en las estéticas y cuando los investigadores expusieron células de humanos y ratones a la luz ultravioleta, se percataron de que con tan solo veinte minutos un 20 % y un 30 % de las células morían.
Luego de tres exposiciones de veinte minutos, murieron del 65 % al 70 % de las células. El resto de las células presentó daño mitocondrial y de ADN, lo cual resultó en mutaciones con patrones observados en el cáncer de piel.