Unas inexplicables ondas sísmicas se expandieron por todo el mundo provenientes de las costas de la pequeña isla Mayotte, ubicada junto a Madagascar.
Los sismógrafos no lo notaron, y sólo un usuario de Twitter aficionado a los terremotos compartió un gráfico que fue suficiente para que todos empezaran a buscar y preguntar qué paso, qué es eso.
Nadie sintió ni siquiera un ligero temblor de tierra, pero los sensores sísmicos detectaron por primera vez el evento que se originó cerca de una isla entre Madagascar y África. Luego, las alarmas comenzaron a sonar en lugares tan lejanos como Chile, Nueva Zelanda y Canadá y la misma llego a Buenos Aires, justo cuando comenzaba la Cumbre del G-20.
Ocurrió en la mañana del 11 de noviembre, justo antes de las 9:30 UT.
En el centro del misterio está la pequeña isla de Mayotte, una isla francesa situada entre África y el extremo norte de Madagascar. Ella ha estado sujeta a un enjambre de terremotos desde mayo. La mayoría han sido menores, pero el más intenso -el del 8 de mayo- fue el más grande registrado en la historia de la isla, el cual alcanzó una magnitud de 5,8.
Desde mediados del mes de julio, la isla se ha estado deslizando, según las mediciones por GPS, llegándose a mover 6 centímetros hacia el este y casi 3 hacia el sur. Eso hace pensar a algunos científicos que hay algo en el subsuelo cerca de la isla que está intentando abrirse un hueco hacia la superficie.
¿Un nuevo volcán?
National Geographic informó que el Servicio Geológico Francés sospecha que un nuevo volcán puede estar desarrollándose frente a la costa de Mayotte. Aunque la isla fue creada por la actividad volcánica, ha estado inactiva durante más de 4.000 años.
Por otra parte, aunque para los investigadores las ondas parecen estar relacionadas con el enjambre sísmico de Mayotte desde mayo pasado, la frecuencia de estos temblores ha disminuido en los últimos meses, y no hubo terremotos tradicionales cuando comenzaron las misteriosas ondas del 11 de noviembre.
Göran Ekström, sismólogo especializado en terremotos extraños, aseguró a National Geographic que nunca ha visto “nada igual” y que las características de las ondas son realmente extrañas.
Según, lo sucedido el 11 de noviembre podría haber sido un ‘terremoto lento’, el cual, a diferencia de un terremoto normal, implicaría la liberación gradual de la tensión, en vez de en pocos segundos, durante minutos, horas o, incluso, días.
Muchas de las características de las ondas fueron notablemente extrañas.
“Era como si el planeta sonara como una campana, manteniendo un tono monótono de baja frecuencia a medida que se propagaba”.
Los investigadores todavía están persiguiendo el enigma geológico.
Además de la rareza, las misteriosas ondas de Mayotte son lo que los científicos llaman monocromáticas. La mayoría de los terremotos envían ondas con una serie de frecuencias diferentes, pero la señal de Mayotte fue un zigzag limpio dominado por un tipo de onda que tardó 17 segundos en repetirse.
“Es como si tuvieras gafas de color y sólo vieras rojo o algo así”, dijo Anthony Lomax, un consultor sismológico independiente.
Terremotos
Cuando ocurre un sismo normal, las tensiones en la corteza terrestre se liberan repentinamente, y los pulsos de ondas sísmicas claramente identificables irradian hacia afuera.
La primera señal se llama onda primaria, luego viene una ola secundaria que son ondas de alta frecuencia.
Sólo entonces vienen las olas de la superficie que son retumbos lentos y profundos.
El evento del 11 de noviembre es notable porque no originó ondas primarias ni secundarias. Todo lo que se registró fue la profunda y resonante onda superficial.