PRONÓSTICO EXTENDIDO

Viruela del mono en Argentina: por qué en agosto se triplicaron los casos

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El 6 de mayo pasado se confirmó un caso de viruela del mono o viruela símica en el Reino Unido y luego otros países europeos empezaron a diagnosticar más casos. El 27 de mayo se confirmó la infección en un hombre de 40 años en la Argentina, que había estado de viaje en España.

Desde entonces, el registro de casos con la infección fue aumentando lentamente, pero durante el mes de agosto se triplicó. Había solo 23 casos confirmados a fines de julio en el país y ya esta semana se reportaron 72, según la última actualización de la Ministerio de Salud de la Nación.

En el mundo, el brote de viruela ya alcanzó a más de 39.000 personas en 96 países. El virus se está propagando por el contacto estrecho con lesiones en la piel o en las mucosas de personas que ya adquirieron la infección, especialmente durante relaciones sexuales. De acuerdo con un reporte de la Dirección de Epidemiología de la cartera de Salud, en la Argentina “el brote actual está afectando principalmente a hombres que tienen sexo con hombres, pero es posible que se extienda a otras poblaciones”.

En el país, dentro del total de 72 casos confirmados de viruela, el 67% de esos pacientes (48 casos) fue reportado en la ciudad de Buenos Aires. En provincia de Buenos Aires, se notificaron 16 casos confirmados. También se notificaron casos en Córdoba (5), Santa Fe (2), y Mendoza (1). Al 16 de agosto, había 4 casos sospechosos de viruela símica en Chaco, La Pampa, Río Negro y Neuquén (1 caso sospechoso en cada una de esas provincias). En San Juan, hay dos casos sospechosos también en estudio.

La evolución de los casos confirmados de viruela símica en Argentina desde mayo hasta el 16 de agosto, según el Ministerio de Salud de la Nación/Infografía de Marcelo RegaladoLa evolución de los casos confirmados de viruela símica en Argentina desde mayo hasta el 16 de agosto, según el Ministerio de Salud de la Nación/Infografía de Marcelo Regalado

Todos los casos confirmados de viruela símica en la Argentina corresponden a varones. El promedio de edad de los pacientes es de 36 años, con un máximo de 53 años y un mínimo de 24 años. En el 54% de los casos se informó que habían tenido relaciones sexuales con otros hombres, y en el resto de los casos se desconoce. En 33 de los casos que se contó con información, 30 de los pacientes tenían también el VIH (en los otros 3, tenían resultado negativo).

También se sabe que el 44% de los hombres con la viruela en la Argentina adquirió la infección cuando viajó a otro país recientemente. El síntoma más frecuente son las diferentes lesiones en la piel -como máculas, pápulas, vesículas, pústulas o úlceras- que se presentan habitualmente en la zona genital y anal. También más de la mitad tiene fiebre de 38,5° y un agrandamiento de los ganglios linfáticos.

Si los casos se triplicaron en agosto, ¿significa que la viruela símica está aumentando su ritmo de propagación en la Argentina? “El aumento de los casos muestra la transmisibilidad de la enfermedad y la existencia de casos adquiridos en forma autóctona, es decir, sin viajes previos”, respondió el médico infectólogo Gustavo Lopardo, vicepresidente de la Asociación Panamericana de Infectología y coordinador docente de FUNCEI en Buenos Aires. Señaló que los casos reales de personas con viruela símica en el país podrían ser más que los confirmados.

“Siempre debemos tener presente que los números publicados son de los casos confirmados. Hay pacientes que no consultan o que lo hacen muy tardíamente. Tanto el número de pacientes en el mundo como en nuestro país es mayor- comentó Lopardo-. Al no estar disponible la vacuna, debemos reforzar las medidas de prevención que están en relación con los contactos estrechos fundamentalmente por las relaciones sexuales”.

“El aumento de los casos muestra la transmisibilidad de la enfermedad y la existencia de casos adquiridos en forma autóctona, es decir, sin viajes previos”, según el infectólogo Gustavo Lopardo/Archivo“El aumento de los casos muestra la transmisibilidad de la enfermedad y la existencia de casos adquiridos en forma autóctona, es decir, sin viajes previos”, según el infectólogo Gustavo Lopardo/Archivo

En tanto, el doctor Tomás Orduna, ex presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero y especialista en infectología del Hospital Muñiz, señaló : “Lo que está ocurriendo en la Argentina es similar a lo que ha ocurrido en otros países de Europa y otros de Sudamérica como Brasil y Perú. Empezó en viajeros y luego en personas que estuvieron en contacto estrecho con ellos. Va en camino a ser una situación endémica en cada país que se va instalando. Para controlar la propagación es necesario recordar que en este momento la mayoría de los pacientes estuvo en fiestas sexuales grupales o tuvo múltiples relaciones sexuales en poco tiempo. Por lo tanto, cuando se intente realizar ese tipo de prácticas, es importante que cada persona se encuentre sana y que haga antes una autoevaluación. Para eso se requiere que más personas conozcan cuáles son los síntomas de la viruela símica”.

Para Viviana Leiro, jefa del Servicio de dermatología del Hospital Muñiz de la ciudad de Buenos Aires y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, “la propagación del virus de la viruela símica se debe a la falta de información de las personas pero también a que el personal de salud no está aún alertado y no reconoce las lesiones en piel. 

Considero que se debería informar más sin estigmatizar pero con un mensaje claro y dirigido especialmente a los grupos vulnerables. Las lesiones son contagiosas y si las personas no toman medidas de aislamiento y prevención es muy fácil la propagación”.

Hoy la recomendación de la cartera de Salud es que toda persona con síntomas debe hacer la consulta médica. Si confirma el diagnóstico de viruela, debe permanecer aislada en una habitación o en un área separada en su domicilio, excepto si requiere atención médica. El aislamiento debe hacerse hasta que se caigan todas las costras que se generan por las lesiones: en ese momento la personas afectada por la viruela deja de transmitir el virus.

Hay que prestar atención a este tipo de lesiones en la piel. Porque son contagiosas y sin aislamiento se puede transmitir el virus de la viruela a otras personas/UK Health Security Agency

Hay que prestar atención a este tipo de lesiones en la piel. Porque son contagiosas y sin aislamiento se puede transmitir el virus de la viruela a otras personas/UK Health Security Agency

Cuando se detecta un caso de viruela, el personal de salud tiene que completar una ficha con preguntas sobre los antecedentes epidemiológicos del paciente. Puede negarse a contestar, pero en ese caso el paciente debe saber que tiene que avisar a las personas que fueron sus contactos estrechos para que estén atentos a la posible aparición de los síntomas, según la cartera de Salud.

El virus de la viruela había sido descripto en el año 1958 en animales en Dinamarca, y en 1970 se detectó en humanos. La mayoría de los casos se restringían a algunas zonas de África. 

El brote inusual de este año -que es el primero que alcanza a 96 países- ya fue declarado como emergencia de salud pública de importancia internacional por la Organización Mundial de la Salud el 23 de julio pasado.

Como algunos de los síntomas de la viruela son similares a los de otras enfermedades, las personas afectadas pueden no prestarle atención o minimizarlas. “La viruela símica se está expandiendo silenciosamente, ya que hay pacientes con manifestaciones mínimas que tal vez no consultan y también estamos en proceso de sensibilización del personal de salud. En algunos casos, las personas con el virus no tendrían síntomas. Por lo cual tal vez el índice de sospecha no es suficiente”, subrayó en diálogo con Infobae Leda Guzzi, de la comisión de Comunicación de la Sociedad Argentina de Infectología.

Las personas con la infección de viruela símica deben hacer un aislamiento para no contagiar a otros (Photo by Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images)Las personas con la infección de viruela símica deben hacer un aislamiento para no contagiar a otros (Photo by Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images)

Desde la infectología se recalca que la evolución de la viruela no es inexorable. Es una enfermedad que se puede prevenir si se tienen en cuenta cuáles son las prácticas de riesgo. Isabel Cassetti, especialista en infectología, directora médica de Helios Salud y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, sostuvo al ser consultada; sostuvo que “es hoy difícil saber si la propagación de la viruela se ha acelerado. Por el momento estamos frente a un brote de viruela que también afecta a más de 90 países. Los primeros casos eran viajeros. Luego se extendió a los contactos de esos viajeros. 

La población debería considerar que la viruela sí se puede prevenir y que puede afectar a cualquier persona, más allá de su orientación sexual o su identidad de género. Besos, abrazos y el contacto durante las relaciones sexuales favorecen el contacto piel con piel entre las personas y la transmisión de la infección”.

Las personas con sospecha o con diagnóstico confirmado de viruela deben evitar especialmente el contacto con personas inmunocomprometidas, personas gestantes y niños y niñas, para prevenir la transmisión del virus. También se recomienda que eviten el contacto directo con animales.

Ya existen recomendaciones para las personas convivientes con los pacientes con viruela del mono. Deben evitar el contacto con la persona infectada, especialmente contacto de piel con piel, incluido el contacto sexual. “Se recomienda el uso de barbijo y distanciamiento siempre que no sea posible el aislamiento”, aconsejó la cartera de Salud.

En caso de haber sido contacto estrecho con una persona con viruela, se debe hacer un seguimiento durante 21 días desde el último contacto con el caso confirmado y prestar atención a la potencial manifestación de síntomas. Si bien los contactos estrechos no tienen que hacer aislamiento en su hogar, deben evitar estar con personas inmunocomprometidas, gestantes, niñas y niños para evitar la transmisión del virus por la posibilidad de haber adquirido la infección.