Luego de un extenso debate de cerca de 13 horas, que volvió a combinar la modalidad presencial con la online, la Cámara de Diputados aprobó esta madrugada el proyecto oficial de Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas. 

El resultado de la votación, llevada adelante a las 3:30 de la madrugada, fue de 133 votos positivos (Frente de Todos y aliados), 115 negativos (Juntos por el Cambio) y 2 abstenciones (ambas del Frente de Izquierda).

La norma, que ahora pasará al Senado, afecta a poco más de 9.000 personas con fortunas superiores a los 200 millones de pesos. A cada una de esas fortunas, por cada 200 millones, se les pide un aporte de 4 millones por única vez. Se prevé que se recauden alrededor de 300 mil millones de pesos.

Se trató da una sesión en la que hubo gran cantidad de oradores, en muchos casos con algunos discursos de impronta técnica pero también muchos otros de pobre factura y sostenidos sobre slogans que hicieron que saltara la térmica por el uso de los reiterados conceptos del antiperonismo: «populismo«, «los bolsos de López«, «odio a los ricos» y otras ideas que suelen hacerse presentes en el debate político de boca de la dirigencia de Juntos por el Cambio.

Los últimos en dar su palabra fueron José Ramón (interbloque Unidad para el Desarrollo); Mario Negri (Juntos por el Cambio) y Máximo Kirchner (Frente de Todos).

El jefe de la bancada del Frente de Todos emitió su discurso de forma remota y aclaró que se había tenido que volver a su casa porque uno de sus colaboradores dio positivo de Covid-19. En su defensa del proyecto de aporte solidario afirmó que «no solo se trata de la pandemia sino del país que recibimos».

Máximo remarcó que en los ATP a las empresas el Estado argentino gastó 213 mil millones de pesos, entre otras cifras sobre el esfuerzo que el Estado hizo para paliar los efectos de la pandemia. «Un total de 477 mil millones de pesos invertidos», puntualizó.

«Donde estamos top ten es en endeudamiento con el Fondo: 44 mil millones de dólares», dijo también, en referencia directa a quien habló antes, Mario Negri, que había chicaneado con el lugar que Argentina ocupa en cuanto a impuestos y déficit.

A su turno, Mario Negri, más calmo que en intervenciones individuales durante la sesión (se cruzó con Leopoldo Moreau y otros legisladores), subrayó que «falta un mes para que el Gobierno cumpla un año» y reconoció que a poco de asumir le tocó pelear con la pandemia. Sin embargo, aseveró la Argentina es el país que «más ha intoxicado» con impuestos a las empresas «en toda la región».

«Este es un impuesto de acá a la China», dijo también Negri, que fue encendiendo su discurso a medida que pasaban los segundos y llegó a asegurar que ningún otro país del mundo además del nuestro aplica retenciones. El dato es falso, ya que son 111 países los que aplican algún tipo de retención a las exportaciones.

Además, el radical cordobés criticó «la devaluación de nuestra moneda» y forzó una falsa interpretación del aporte solidario al dar a entender que las pymes van a ser incluidas en las grandes fortunas.

Sobre el final de su ponencia atizó con la idea de que el gobierno nacional «no tiene plan económico» y que el gobierno este año emitió 7 mil millones de dólares futuro.

«La patria no está en peligro, los artistas han vuelto al teatro. Todos los argentinos sabemos que Alberto Fernández quería ser presidente, lo que todavía no sabemos es adónde quiere ir», cerró.

Antes, José Ramón señaló que «el proyecto oficialista» plantea «la punta del iceberg: dónde está el verdadero poder de la dirigencia argentina». Sobre ello, puntualizó que «parte de la dirigencia también son los grandes grupos económicos, los grandes medios de comunicación, una dirigencia a la que le incomoda el proyecto. Esos dirigentes están escondidos». Y agregó: «No lo son los trabajadores, los consumidores, las miles de familias que no acceden a una vivienda digna».

Celebró también que por primera vez, con este proyecto, se empiece a discutir la distribución de la riqueza.