La niñez ,en la vida de las personas es una de las etapas más lindas por las que un ser humano transcurre, solo que si en ese momento el niño no tiene buena salud, esta afirmación se trasforma y borra miles de sonrisas que nunca serán, sostienen desde la institución.
La Fundación Ciudad Limpia emprendió en Resistencia uno de los proyectos, tal vez mas atrevidos y audaces que encara la comunidad desde su lugar de ciudadano común y sin la dependencia total del Estado.
Hoy este Albergue Regional de Recuperación de Pediatría conocido como Casa de la Madre y el Niño Chaco y que replica el modelo Casa Garrahan de Buenos Aires, alberga un puñado de madres con sus hijos en etapa ambulatoria luego de haber transitado por el Hospital Pediátrico Dr. Avelino Castelan de Resistencia y hoy en un día especial como lo es el Día del Niño los encuentra en este Albergue donde los voluntarios de Ciudad Limpia y vecinos solidarios procuraron celebrar con juegos , juguetes y tortas un «día especial en un lugar muy especial».
«No es fácil arrancarle una sonrisa a un niño enfermo, pero bien vale el intento con las herramientas que disponemos en la Casa que son el amor y la dedicación», contó Agostina Benitez.
«Con amor y compromiso social constante trabajamos aquí para mejorar la salud y la calidad de vida de nuestros chiquitos «, manifestó Mariuchi Picasso.
«La sonrisa de un niño sino es muy agradable , pero provocar la risa en un niño enfermo es la recompensa más bella y valiosa para nuestro trabajo voluntario», expresó Celeste Arevalo.
Para celebrar por primera vez este día en Casa Garrahan se contó con la invaluable colaboración de los Profesores de Educación Física Lourdes Ibarra y Natalio Segovia que armaron juegos y entretenimiento muy divertidos y Marita Benitez y su hija Valentina regalaron una torta con forma de paleta chupetin que deleitaron a las mamas y los amigos de Ciudad Limpia.
Ciudad Limpia también celebra cada año el Día del Niño, canjeando libros de cuentos por juguetes bélicos, que posteriormente son reciclados como material plástico o metálico para generar recursos a la Fundación.
Muchos niños aceptan esta propuesta y entregan sus pistolitas, ametralladoras o escopetas de juguete en sana actitud pacifista y madura ante un mundo cada vez más violento y dividido por las guerras y las diferencias.