Recién por la tarde, y por un video que difundió en las redes sociales, el gobernador de San Luis Alberto Rodríguez Saá dijo estar «desilusionado» con los cuatro diputados de su provincia que habilitaron el debate por el presupuesto 2019.
Sin ellos la sesión no podría haber comenzado y por lo tanto aunque no lo voten de madrugada su aporte es valorable en la Casa Rosada.
A la hora de la sesión, los gobernadores peronistas, la mayoría a favor de aprobar el presupuesto pero sin problema en reconocerlo públicamente, esperaban al puntano en una reunión de la Casa de Tucumán, pero nunca llegó.
Apagó sus teléfonos, no recibió llamados y recién habló por la tarde para dejar más dudas que certezas.
Alberto se mueve como aliado de fierro de Cristina Kirchner, a quien visita seguido en el Instituto Patria.
Alberto Rodríguez Saá nunca apareció a una reunión de gobernadores en la Casa de Tucumán. Apagó el teléfono y a través de un video se desentendió de sus diputados que facilitaron el quórum.
De esas tertulias surgió la caravana «Hay 2019», un recorrido por las provincias que empezó hace un año para convencer a la dirigencia peronista de armar propuesta opositora y no resignarse a la reelección de Macri. La crisis económica le fue dando forma.
Hace un mes armó un acto en Ushuaia y aprovechó a participar de una jornada de legisladores patagónicos que pedían eliminar los artículos que bajaban las asignaciones y las pensiones en esa zona, pero fue más lejos y propuso que no haya presupuesto.
Cambiemos logró poner en debate el presupuesto gracias a los diputados de Rodríguez Saá
«Rogelio Frigerio me dijo que el presupuesto era un acuerdo histórico con el FMI. Se trabaja sobre el déficit y se recortan 600 mil millones sobre los más vulnerables, las universidades, la salud y la educación y se pagan 700 mil millones de deuda. Devolvámoselo y que haga otro para los argentinos», sugirió ese día, en el salón principal del coqueto Hotel Las Hayas.
Sus diputados siguieron esa línea en el debate en comisión. Ayer, Andrés Vallone fue el primero en pedir suspender la reunión porque el dictamen no se conocía y recién terminó de redactarse a la medianoche.
La última versión de las planillas tal vez explique el cambio de rumbo: aparecieron 360 millones para distribuir en municipios puntanos y planes de PPP en la provincia, todo coordinado por el Ministerio del Interior.
Los kirchneristas no salían de su asombro. Cuando el tiempo de espera pasaba y Cambiemos no lograba quórum, José Luis Gioja ingresó al recinto a preguntarle al cuarteto puntano porque estaba cerca de sus bancas cuando aún no había sesión.
En el bloque conducido por Agustín Rossi atribuían los vaivenes puntanos a conflictos familiares.
«Los diputados responden a Adolfo, no al Alberto», intentaban aclarar, pero no todos lo creían.
Adolfo también mantuvo la línea dura como senador, donde se sienta al lado de Cristina y coordina cada votación en conjunto, siempre para marcarle la cancha al Gobierno.
Tal vez lo vuelva a hacer cuando el presupuesto se trate en el Senado, sólo posible por la ayuda de sus diputados coterráneos.
No es la primera vez que San Luis simula su guerra contra el presidente de turno: Cristina supo tener ayuda de esa provincia en la Cámara baja y en el Senado Adolfo se sumaba a la indignación y votaban en contra.