Le alcanzó con poco para ganarle 2-0 a Serbia gracias al buen rendimiento de sus mediocampistas. Neymar otra vez quedó en deuda. Los de Tite terminaron primeros del Grupo E y en octavos enfrentan a México.
Paulinho, que tiene 29 años y juega en el Barcelona, entra como una flecha. Se filtra entre los dos centrales y va en busca de un pase bombeado exquisito de Philippe Coutinho, que tiene 26 y también juega en el Barcelona. La jugada se corona con otro toque sutil por encima del arquero serbio Vladimir Stojkovic.
Iban 35 minutos de un primer tiempo que Brasil jugaba al trotecito. Otra vez sin brillar aunque nuevamente dejando la sensación de que en cualquier momento una de sus tantas luces de mitad de cancha hacia adelante podría encenderse.
La comparación con el conjunto de Sampaoli es inevitable. Hasta ahora Brasil disfruta de un rasgo que le falta a la Selección: mediocampistas con gol. Aunque en contrapartida no pudo arrancarle una sonrisa a su número 10.
Neymar se desahogó y lloró tras el gol del final ante Costa Rica pero sigue en deuda en el juego: pasa más tiempo en el piso y protestando que manejando los hilos del equipo. Messi, en este ítem, por ahora saca ventaja.
Suele decirse que Brasil se pone en marcha durante la primera fase de un Mundial. Y el tiempo dirá si en Rusia está ocurriendo eso. Por ahora luce deshilachado.
Sin fuego ofensivo, porque Neymar y Gabriel Jesus están en otra sintonía: demuestran su clase en arranques individuales pero no se conectan con el equipo. Y ya no está tan sólido en defensa: los centrales mostraron dudas en el arranque del segundo tiempo cuando llovían pelotas cruzadas para el gigante serbio Aleksandar Mitrovic.
Por los costados extraña a Dani Alves y para colmo sufrió la lesión tempranera de Marcelo, que dejó la cancha a los 10 minutos por un dolor en la espalda.
Son los mediocampistas los que van a su rescate. En esta temporada, Paulinho gritó 9 goles y Coutinho 8 en el Barcelona. Willian hizo seis para el Chelsea. A ellos tres los custodia Casemiro, el único de corte defensivo, que hace el limpiaparabrisas delante de los zagueros y suelta rápido el primer pase para iniciar el juego y abrir las alas de Brasil. Casemiro, puntal de Zinedine Zidane en Real Madrid, jugó 30 partidos con la camiseta merengue esta temporada.
Cuando alguno de todos ellos está mal ingresa Fernandinho, del Manchester City. Ante Serbia, Tite lo mandó a la cancha a los 21 minutos del complemento, justo cuando su equipo pasaba el sofocón serbio. Dos minutos más tarde llegó el gol de Thiago Silva de cabeza para liquidar el asunto.
Con el 2-0 Neymar jugó a tirar lujos, Coutinho aprovechó el ingreso de Fernandinho para moverse como enganche y Brasil transformó el césped de Moscú en arena de Copacabana.
El lunes, a las 11, en Samara, empezará el verdadero Mundial. Ese que Brasil ya juega en serio, según dicen. Lo espera el ciclotímico México, el de las dos caras, el que puede ganarle a Alemania y ser goleado ante Suecia.
Lo que puede hacer Brasil está claro para todo el mundo futbolero. Por ahora le alcanzó con muy poco. ¿Sufrió? No. ¿Brilló? Tampoco. Y terminó primero de su grupo con siete puntos, cinco goles a favor y solo uno en contra.
Al trotecito. De la mano de sus mediocampistas. Esos que tienen gol y juegan en los mejores equipos del mundo. Sí, algo de lo que le falta a Argentina.