La Conmebol convirtió una crisis en oportunidad. Hizo de el bochorno vivido el último sábado en el Monumental, la justificación berreta para subastar la final de la Copa Libertadores. O, mejor dicho, la ex final de la Copa Libertadores.

Si la Confederación Sudamericana tiene jurisdicción para organizar partidos dentro de los límites del continente, sería correcto indicar que el próximo River–Boca será simplemente un amistoso internacional.

En esa subasta al mejor postor surge la posibilidad de jugar en Madrid. El diario Marca da cuenta de esta novedad.

El partido podría mudarse al Santiago Bernabéu. Todas las partes estarían de acuerdo: el club Merengue, la Real Federación Española, FIFA y Conmebol.

Madrid se suma a Doha, Medellín, Miami y Asunción, las otras cuatro ciudades que mantienen sus chances de imponerse como sede. ¿Qué pasará?.