En la campaña de trigo pronta a comenzar sigue existiendo como principal incógnita cuántas hectáreas se podrán sembrar. El clima sigue siendo el gran escollo del cereal, sobre todo en regiones muy castigadas por la sequía como lo es la zona núcleo, donde las lluvias ocurridas en los últimos meses todavía no lograron revertir el contundente estrés hídrico de los suelos. No obstante, eso podría cambiar en los próximos días.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) entre el martes y el miércoles de esta semana podría producirse lluvias “muy importantes en gran parte de la región núcleo, y alcanzar a cubrir el 60% al 70% de la región pampeana”. Este “evento” alcanzaría con más fuerza al norte bonaerense y al centro y sur de Santa Fe, mientras que también podría abarcar el centro y sur de Córdoba.
“Sea como sea, va a ser importante. Se esperan por lo menos 20 milímetros (mm) y la cobertura alcanzaría al 60% o 70% de la región pampeana. La franja este, principalmente Buenos Aires y Santa Fe, sería la más beneficiada. El agua podría incluso llegar a Córdoba. Hay que seguir la dinámica de las próximas horas. Si bien es cierto que estábamos esperando más agua que lo que finalmente se registró el fin de semana pasado, el próximo evento está muy firme en los modelos numéricos predictivos”, indicaron especialistas de la entidad bursátil.
Cabe remarcar que hasta hace una semana atrás “la foto” para las intenciones de siembra de trigo mostraban una caída del 50% con respecto a la siembra del año pasado, según estimaciones de la BCR y a pesar de la necesidad y las intenciones de los productores de implantar el cereal no se contaba con agua suficiente en los suelos.
“Si abril hubiese cumplido con la media de 120 mm de lluvias y mayo acompañado con pronósticos de tormentas, se estaría ante la proyección de una siembra récord, con casi 2 millones de hectáreas como intención para el ciclo 2023/24.
Pero con solo el 30% de las lluvias de abril, hasta la semana pasada el escenario para la siembra de trigo se presentaba como el más seco de los últimos 15 años”, sostuvo la BCR.
No obstante, la suerte de la campaña en la región podría dar un giro de la mano de un cambio en el escenario pluvial y sumar más hectáreas de trigo en la región. “Eso parece ser lo que está pasando: las lluvias del fin de semana sumaron entre 30 y 40 mm en el noreste bonaerense y hay importantes lluvias pronosticadas para miércoles y jueves próximos”, puntualizó la Bolsa rosarina, al mismo tiempo que destacó que si se concretan las lluvias pronosticadas con más de 50 mm el 75% de la región núcleo podría alcanzar el mínimo de agua útil en los suelos necesaria para poder poner en marcha la siembra.
Márgenes y tecnología
Pero las lluvias que se esperan no solamente son importantes para generar mejores condiciones de siembra, sino también para la estrategia de negocios que se deberá emprender este año, marcado por la ajustada disponibilidad financiera de los productores tras dos cosechas fallidas por la sequía. Es por eso que para allanar un poco el camino de los agricultores, los especialistas de la BCR consideran necesario que se produzcan abundantes precipitaciones en los próximos días.
Las lluvias del fin de semana sumaron entre 30 y 40 mm en el noreste bonaerense y hay importantes lluvias pronosticadas para miércoles y jueves próximos
“El precio del trigo está muy bajo, el número no cierra. Tendría que llover muy bien para que el productor se sienta seguro de apostar por el cultivo y hacerlo con buena tecnología. El productor está muy golpeado y por ahora está lejos de plantear una siembra con el nivel de insumos que sí utilizó en las anteriores campañas. Con los valores de alquileres (y el valor actual de la soja), en campo alquilado es muy difícil”, marcaron los ingenieros de la entidad.
También explicaron que “por otro lado, está la falta de dinero y hay una enorme necesidad financiera. Pero tomar la decisión de invertir y ‘enterrar plata’ cuesta muchísimo en un año tan raro como este. Todos soñamos con un trigo de 40 quintales para esta campaña, pero no se planea nutrir al cultivo para que tenga las posibilidades de llegar a esos valores. Si lloviera como esperamos y pudiéramos estar por encima del 60% de agua útil, podría cambiar la situación. En el mejor de los casos estamos ahora en el 50% de agua útil y solo en el primer metro del suelo”.