Luego de su famoso “no se paren que no ha llegado nadie” para recibir a la vicepresidenta en el Festival de Doma y Folklore de Jesús María, el cantante, compositor y multinstrumentista analiza las repercusiones del hecho. También reflexiona sobre el impacto de la desfinanciación de la cultura que impulsa el Gobierno de LLA y adelanta sus planes artísticos para este año.
Después de cinco días, los ataques de trolls y los insultos bajaron, se calmaron. Ya en su casa, Peteco Carabajal, uno de los músicos más populares del país, puede analizar lo vivido el último fin de semana durante su actuación en el Festival de Doma y Folklore de Jesús María: el cantante estaba en plena faena cuando apareció en el predio la vicepresidenta Victoria Villarruel y él, ante el revuelo que se armó, le solicitó al público que no se levantara. Con sinceridad y expresión natural, fiel a su estilo, Peteco disparo durante la actuación de Los Carabajal en el ya clásico festival cordobés su “no se paren que no ha llegado nadie”.
El episodio se viralizó y le valió ataques de los partidarios de La Libertad Avanza, así como críticas de periodistas afines al régimen de la motosierra.
“Fue algo rápido, una jugada que te sale en el momento, espontáneo pero inesperado. No sabía que estaba pasando. No hubo más intención en mis palabras de que no se desmadre el clima lo que veníamos produciendo, lo hermoso que se da cuando hay conexión con el público” afirma Peteco, repasando lo sucedido.
-¿Cómo vivís esta situación que te tocó vivir?
-Ahora estoy más tranquilo. La verdad que fue algo que se dio, pero uno no sabe cómo puede ser tomado o para qué lado puede ir o provocar lo que uno dice. Yo le hablé a la gente, para que no tengamos que parar o que se rompa el clima que se produce en una actuación. Si vos estás actuando y todos se ponen a saludar o hacer otra cosa que no sea estar disfrutando de la música, se arruina un poco la cosa: por eso pedí que no se paren. El resto, las repercusiones me refiero, es provocado, es lo inesperado. Mi intención era que no se paren, quizá él “no ha llegado nadie”, quizá es el inconsciente que salió por estar en antípodas ideológicas de quien generaba el revuelo, pero fue algo que no buscaba. Pero bueno, por algo lo tuve que decir. Con los días me di cuenta que no fue algo intencionado contra la vicepresidenta, mucho menos por ser mujer o por todo lo que se dijo. Porque podría haber sido el gobernador o el intendente de Jesús María, o cualquier autoridad, y hubiese dicho lo mismo
-¿Vos veías bien lo que pasaba abajo del escenario?
-No, la verdad que llegué a ver el amontonamiento de gente, la policía empujando. Se veía que entraba una comitiva, pero nunca supe quién era, ni especulé con eso. Pero con la experiencia te das cuenta que pasa algo y bueno, dije lo que dije. Pero ya pasaron los días, aguante el aluvión de insultos y de comentarios de todo tipo. Asumo lo que ha causado, sin hacerme el héroe ni nada por el estilo.
Estoy tranquilo también porque recibí el apoyo de muchos compañeros y compañeras artistas, entonces quizás estuvo bien decir lo que sentía que tenía que decir. Quizás este revuelo es necesario, pienso.
-¿Sirvió entonces la repercusión?
-Es complejo. Iván Camaño, oriundo de Quimilí, Santiago del Estero, es un reconocido cantante y compositor folklórico que hace años viene transitando el camino de la cultura y es el subsecretario de cultura de la nación, el segundo luego del titular Leonardo Cifelli. Me llegó la información que tuvo problemas por esto que pasó en Jesús María: entonces algo está pasando. Supongo que debe haber posiciones y algo que salió con esto que paso. En mí la verdad produjo algo de tristeza: por mis hermanos, por los maltratos. Pero bueno el apoyo de quienes me lo dieron, me hacen sentir que sí, que vale la pena, más allá de todo.
-Ante el panorama complejo que empuja este este Gobierno también en lo cultural, defender la función del Estado y tu posición siempre es importante.
-Por supuesto. No quisiera que se distraigan con esto que pasó conmigo, sino que se preste atención a lo importante. Que nadie olvide lo que está pasando. La desfinanciación de festivales y fiestas, que en verano generan mucho trabajo. Pero el cierre del Incaa, del Inamu, el instituto del teatro, la televisión pública y todo lo que está amenazado, eso es lo importante. Todos estos espacios han costado mucho tiempo de trabajo y de lucha para conseguirlos, y están en peligro. Eso es lo importante de la discusión, eso debe estar en agenda, no si yo dije o no dije algo en mi show. La lucha por defender la cultura es lo principal. Eso es la discusión de fondo y bueno si este hecho aislado y no buscado sirve para poner en la luz lo importante, entonces que sea así.
-¿Cómo crees que se puede luchar contra esta mirada que ve la cultura como un gasto innecesario?
-En ese sentido desde hace mucho tiempo venimos trabajando fuerte, para crear encuentros y lugares lindos para toparnos con lo que produce la música, en mi caso. La verdad que hay que intentar no detenerse, así que me planteo crearme mucho trabajo. Este año cumplo 50 años con la música. Todo lo que haga va girar en torno a eso, a la celebración de ese camino.
Durante todo el año voy a intentar celebrar: en Cosquín voy a estar con La juntada, voy a sacar un audiolibro con una novela que estoy escribiendo que se llama 100 años de chacarera, y un disco: Legado popular, se llamará. Ya lo estoy terminando. Y bueno esa es mi manera, crear puentes para escapar a la situación que nos quieren imponer. No puede no haber artistas. Si la cosa sigue así, hay que afrontar las cosas con creatividad y laburando con amor por el arte. Siempre lo hemos hecho así. No importa el Gobierno que esté, siempre hay moverse, sí o sí.
-Pero el apoyo estatal es muy importante, sobre todo para que aparezcan nuevas figuras y se sostengan otras a las cuelas el mercado ignora.
-Está claro que cuando hay un Estado que da oportunidades, que abre el panorama, que trabaja la inclusión y apoya la creatividad, es mejor. Pero nunca es el paraíso donde te regalan plata por no hacer nada, eso no es así, eso es un prejuicio que impulsa gente que no sabe nada del tema. La idea es generar un territorio de posibilidades para concretar lo que es tan difícil conseguir: hacer un proyecto, grabar un disco, que la gente tenga la chance de escucharlo, distribuirlo, de tenerlo en plataformas, de poder mostrarlo. De buscar la calidad pudiendo trabajar los detalles, con tiempo, llevar adelante eso que pocos pueden lograr. No es fácil organizar todo el proceso que lleva vivir de lo cultural.
Como en todas las artes, tiene que existir un contexto. Las ayudas no son solo dinero: sino tener posibilidad de tener apoyo en formación, en lugares o eventos para ir a tocar, o acceder a materiales o programas de apoyo. Hay formas. Hay que valorar el hecho artístico en todas sus expresiones. El cambio en lo social que necesita el país, es viable si apoyamos la educación musical, por ejemplo, o cualquier cosa que de una contención a los más chicos y desde ahí alejarse de los males que luego son problemas mayores. Hay que tratar de buscar la forma, porque nuestra identidad es la que nos permite construir desde un lado positivo. Eso no hay que perderlo de vista, nunca.
-¿Qué opinión te merece Victoria Villarruel como una de las principales voces del negacionismo?
-Estoy en la vereda de enfrente. Ella es la vicepresidenta, pero la verdad que su postura demuestra tal ignorancia que no le doy demasiado valor. No se puede estar de acuerdo con lo que dice. Más allá del cargo que alcanzó, como persona te digo, la brutalidad y violencia de sus enunciados y su postura con respecto a esa parte de nuestra historia muestra falta de competencia y desconocimiento. No merece mi respeto esa locura de negar el dolor y la represión de aquellos años de dictadura: la violencia, esa mentira que ella mantiene en su discurso, es inadmisible, inconcebible y muchas veces incomprensible. Lamentablemente aún con esa mirada, llegó a un puesto de importancia y de relevancia en la vida de nuestro pueblo. Tanto ella como Milei tienen que tomar decisiones para el país y no están a la altura, desde mi punto de vista. Creo que Milei y Villarruel no tienen mérito ni altura moral para estar donde llegaron, pero bueno está todo tan degradado que hay que intentar resistir, hasta dialogar con personas que niegan lo innegable.
Se cruzan límites impensados, pero habrá que seguir luchando para que no manchen la memoria y la verdad, solo así habrá justicia.