El Centro de Estudios Nelson Mandela denunció que tres mujeres de Villa Río Bermejito –dos qom y una criolla- reconocieron que habían sido obligadas a tener sexo a cambio de bolsones de alimentos, por parte de integrantes del Ejército Argentino.
e comprometí a no revelar los nombres de esas mujeres, pero me hago cargo de este testimonio para que se investigue y para evitar que esto siga ocurriendo de aquí en adelante”, reveló a un medio alternativo nacional Rolando Núñez, coordinador del Centro Mandela.
El abogado precisó que las mujeres decidieron contar la gravedad de los hechos luego de concluir una asamblea en Villa Río Bermejito.
“Estábamos recorriendo distintas localidades por denuncias de corrupción, conflictos territoriales y abusos, y en Villa Río Bermejito se organizó a nuestra llegada una asamblea con más de 50 vecinas y vecinos principalmente de la etnia qom y también criollos. Allí un pastor evangélico denunció que sabía que personal del Ejército Argentino estaba condicionando en los casos de algunas familias la entrega de cajas alimentaris a cambio de sexo. Un canje”, relató.
Continúa contando Núñez: “Eso provocó un gran impacto en la asamblea. Propuse que quienes quisieran hablar en privado conmigo podían hacerlo. Al terminar la reunión se acercaron tres mujeres, dos de la etnia qom y una criolla. Me dijeron que habían sido obligadas a tener sexo para obtener la comida. Me comprometí a no revelar los nombres de esas mujeres, pero me hago cargo de divulgar este testimonio para que se investigue y para evitar que esto siga ocurriendo de aquí en adelante”.
Las cajas de alimentos entregadas por el Ejército son producto de un juicio de 2007 que llevó adelante el entonces Defensor del Pueblo de la Nación Eduardo Mondino
. “Era un juicio por el posible exterminio continuo y sistemático contra las comunidades indígenas de lugares como Villa Rio Bermejito, Castelli, Pampa del Indio y parajes intermedios.
Los demandados fueron el Estado Argentino y la provincia de Chaco” explica Núñez: “La Corte Suprema dispuso una medida cautelar obligando a ambos gobiernos a asegurar agua para consumo humano, alimentos y atención del sistema de salud pública. Parte de eso se implementó siempre, mensualmente, a través del Ejército Argentino”.
UN SECRETO A VOCES
Núñez reconoce que la situación lo puso y lo mantiene en una situación que define como de agobio: “Sí, es agobio, porque estamos hablando de algo que en la propia asamblea se dijo que era un secreto a voces, pero que la gente a la vez tiene miedo de denunciar. Pero estamos hablando de sexo por comida, exigido a familias indigentes y a mujeres de comunidades indígenas. Y tres mujeres me confirmaron que tuvieron que hacerlo”, expresó.
Y reconoció: “Claro: va a ser muy complicado que haya testimonios públicos porque hay mucho sometimiento y condicionamientos de las comunidades indígenas al mundo blanco. Y estamos además hablando del Ejército, aunque hayan sido 4 o 5 o 10, no importa el número”.
Cada caja alimentaria, describe Núñez, es de 15 kilos de alimentos para tres personas. “Y también agua para consumo humano. O sea que las familias, para darle de comer a sus hijas e hijos, reciben dos o más cajas en cada caso”, precisó.
LA DENUNCIA ANTE LA DEFENSORIA DEL PUEBLO
La mujer criolla y una de las qom que hablaron con el coordinador del Centro Mandela dijeron que la exigencia de sexo por comida había ocurrido una vez: “Yo creo que en todo caso al obligarla a cada una, cuando vuelve el militar las va a tener como una presa” considera Núñez, que se comunicó con funcionarios de la Defensoría del Pueblo de Chaco para hacerles conocer el problema y el contenido de sus revelaciones.
“Las mujeres hablaron por una relación de confianza con nosotros. Me siento parado arriba del agua. Pero tampoco puedo permitir que esto ocurra, al menos corresponde hacerlo trascender para que no pase de nuevo”, explica Núñez.
El Centro Mandela ha denunciado gobiernos e intendencias tanto peronistas como radicales. “Cuando fuimos a Villa Rio Bermejito estuvimos también en Presidencia Roca por actos de corrupción en la construcción de viviendas y pavimentos, lo mismo en Pampa del Indio, y en Miraflores y en Tres Isletas por irregularidades en viviendas para comunidades indígenas cuando manejaba esa caja José López, el de los bolsos, que aquí representó un robo a mano armada”, recordó.
Núñez considera que la clave de salir a contar lo que hablan pobladoras y pobladores sobre la extorsión de sexo por comida, es hacia adelante: “Hay mucho miedo a hablar. Pero frente al miedo, hay que hacer conocer lo que está ocurriendo. Para que se sepa, y se investigue. Y que no vuelva a pasar nunca más”.
Fuente: (Centro de Estudios Nelson Mandela)
Fotografía solo a fines ilustrativos