Los rescatistas siguen trabajando sin descanso para encontrar posibles sobrevivientes bajo los escombros de los edificios que hizo colapsar en Ciudad de México un terremoto de magnitud 7,1 que sacudió el país el martes. Los muertos suman ya más de 230.
A pesar de que tuvo su epicentro en Axochipán, en el estado de Morelos, a 120 kilómetros de Ciudad de México, en la capital mexicana también se sintió con fuerza.
El sismo, que empezó a las 13:14 hora local (18:14 GMT) y se prolongó por varios minutos, fue el más mortífero en 30 años en México.
Los edificios se mecieron de forma violenta, algunos sufrieron daños en su estructura y otros se derrumbaron por completo. Miles de personas salieron a las calles despavoridas.
Miguel Ángel Mancera, el jefe de gobierno de Ciudad de México, informó que el temblor hizo colapsar parcial o completamente 44 edificios, incluidos un bloque de apartamentos de seis plantas, un supermercado y una fábrica.
El Sistema Nacional de Protección Civil de México ofrece en su página web un mapa constantemente actualizado de los desperfectos:
El terremoto, que según el Servicio Geológico de Estados Unidos tuvo su epicentro a 51 kilómetros de profundidad, se caracterizó por un temblor muy intenso.
Además de la capital del país, también resultaron muy afectados los estados de Morelos, Puebla, Guerrero y Oaxaca. Los ciudadanos de todos ellos reportaron haber sentido un «temblor muy intenso».
Los expertos informaron después que fue de siete grados en la escala sismológica de Mercalli, que cuenta con 12 grados y fue desarrollada para evaluar la intensidad de los terremotos a través de los efectos y daños causados a distintas estructuras.
Con ese nivel de intensidad, la gente suele tener dificultad para mantenerse en pie, los muebles suelen volcarse y los edificios mal construidos suelen dañarse de forma considerable.
El del martes fue el segundo terremoto en azotar México este mes. Le precedió un sismo de magnitud 8,1 el 7 de septiembre que dejó al menos 90 muertos.
Pero además, coincidió con el 32º aniversario del devastador terremoto que dejó miles de muertos en 1985 en territorio mexicano -muchos de ellos en la capital- y se produjo alrededor de una hora después de un gran simulacro de temblor realizado en todo el país.
México se ubica en una de las zonas sísmicamente más activas de la Tierra.
Concretamente, se sitúa en un área en forma de herradura con alta actividad sísmica que se conoce como el Cinturón de Fuego del Pacífico, que une a América con Asia.
«En el Cinturón de Fuego del Pacífico tienen lugar el 90% de todos los sismos del mundo y el 80% de los terremotos más grandes», explicó el director del área de sismología del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera.
Y sobre esa zona en forma de herradura se encuentran también más del 75% de los volcanes activos e inactivos del mundo; 452 cráteres.
El terremoto del 7 de septiembre fue 30 veces más potente que el de este martes, pero éste provocó más muertos (al menos 230, frente a 90 que dejó el anterior) y una mayor devastación.
Se debió en parte porque el epicentro se situó más cerca de áreas muy pobladas y afectó al núcleo urbano de Ciudad de México, asentada sobre un terreno poco firme, formado por los sedimentos de antiguos lagos.
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