El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo este miércoles ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York, que está dispuesto a reunirse y dialogar con su par estadunidense, Donald Trump, quien el martes insinuó que sería muy fácil derrocar al dictador venezolano.

«Yo ratifico a esta tribuna, que a pesar de las diferencias ideológicas, sociales, yo soy un obrero, un chofer de autobús, un hombre de pueblo, estaría dispuesto a estrecharle la mano al presidente de Estados Unidos y a sentarme a dialogar sobre los diferentes asuntos bilaterales», aseveró.

El líder chavista también afirmó que su país es víctima de una arremetida política, económica y diplomática feroz, que ha fabricado una crisis migratoria que «se cae por su propio peso».

«Venezuela es víctima de una agresión permanente en lo económico, político y diplomático por parte de quienes gobiernan Estados Unidos», dijo en su intervención El martes, Donald Trump pidió a la asamblea ayuda para «restauración de la democracia» en Venezuela.

Posteriormente, los gobiernos de Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Paraguay y Perú oficializaron una acción sin precedentes al presentar en Nueva York una petición para que la Corte Penal Internacional (CPI) abra una investigación por crímenes de lesa humanidad en Venezuela cometidos desde 2014, cuando tuvo lugar la primera ola de protestas contra Maduro. Estados Unidos ya sancionó a más de 50 altos funcionarios venezolanos desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, incluido el propio Maduro, en un intento por frenar la deriva dictatorial de la que le acusa.

También ha impuesto tres rondas de sanciones financieras para ahogar su financiación. A la mujer de Maduro y a tres de sus ministros más poderosos los sancionó este martes, acompañando el discurso de Trump ante la ONU.