El Papa argentino proclamó esta mañana la beatitud del anciano cura francés degollado el pasado 25 de julio mientras celebraba misa por dos jóvenes terroristas del ISIS que fueron después abatidos por la policía.
En la misa diaria que celebra en la capilla de Santa Marta, donde reside en el Vaticano, Jorge Bergoglio, explicó a más de un centenar de fieles, entre ellos 80 peregrinos franceses, que el padre Jacques Hamel “es un mártir y los mártires son beatos”.
La beatitud es el primer escalón a la santidad y el martirio exime de los dos milagros necesarios para llegar a la condición de beato y después de santo. Pero es un caso raro que sea el obispo de Roma quién haga una precisa proclamación de la beatitud.
El anuncio de Bergoglio abre el camino a un rápido proceso de canonización al pobre cura que tenía 86 años y no quería retirarse de la parroquia de Saint-Etiene-du-Rouvray, donde se produjo el atentado.
Amigo de los musulmanes con un carácter amable y abierto, el degüello del padre Jacques horrorizó a Francia y al mundo.
El Papa se dirigió al obispo de Rouen, monseñor Dominique Lebrun, que concelebraba con él, diciéndole: “Muestra la foto del padre Jacques en la Iglesia, en cuanto es un beato. Si alguno te contesta, respóndele que te autoriza el Papa”. “Debemos orar por él para que nos dé la hermandad y la paz”.