Los coreanos del norte y del sur hablaron de «resolver las tensiones actuales».
En un encuentro histórico, las delegaciones de ambos países acordaron que atenuarán los ejercicios en la frontera y que seguirán manteniendo reuniones de alto nivel para mejorar sus lazos. Corea del Norte participará de los Juegos Olímpicos.
Tras dos años de amenazas cruzadas y disputas, finalmente los representantes de Corea del Norte y Corea del Sur participaron de un encuentro histórico en el enclave desmilitarizado de Panmunjom, que allana el paso hacia el deshielo de las relaciones de ambos países.
Allí las delegaciones enviadas por el presidente surcoreano Moon Jae-in y el líder norcoreano Kim Jong-Un acordaron mantener conversaciones militares para aliviar la tensión y Pyongyang confirmó su participación en los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur en febrero.
Después de la primera llamada entre Seúl y Pyongyang del 3 de enero, hoy se encontraron ambas delegaciones en la zona que fue escenario en 1953 de la firma del armisticio para poner fin a la guerra. Con gestos históricos de ambos lados, las comitivas encabezadas por el ministro surcoreano Cho Myoung-gyon, y su par norcoreano Ri Son-Kwon acordaron abrir un diálogo militar “para resolver las tensiones actuales”, además de garantizar la reapertura de una línea de comunicación entre los dos ejércitos.
Corea del Norte aceptó la propuesta de Corea del Sur de llevar a cabo futuras conversaciones de rango militar para atenuar los ánimos en torno a la frontera, seguir manteniendo reuniones de alto nivel para mejorar sus lazos e incrementar los intercambios en varias áreas aún por determinar.
También aseguró que a partir de mañana comenzará a utilizar una de las líneas destinadas a comunicaciones militares en la región de la costa oriental de la península coreana, que había dejado de utilizar en febrero de 2016 en protesta por la clausura de un polígono industrial intercoreano aprobado por Seúl.
Todo esto constituye una serie de gestos muy importante para apaciguar los ánimos después de un 2017 marcado por las continuas pruebas de armas norcoreanas y el tono beligerante entre el régimen de Pyongyang y el presidente de EEUU, Donald Trump.
Corea del Sur hizo dos pedidos más: que la representación norcoreana, integrada por altos funcionarios, animadoras y atletas, desfilen junto a los deportistas surcoreanos en una misma bandera durante los Juegos Olímpicos que iniciarán el 3 de febrero.
Pyongyang no respondió aún a este requerimiento, como tampoco se refirió a otro pedido de Seúl: la posibilidad de que se retomen por primera vez desde octubre de 2015 los encuentros de familias separadas por la guerra que enfrentó a ambos países entre 1950 y 1953.
La decisión de celebrar el encuentro de hoy llegó después de que Kim Jong-Un expresara en Año Nuevo su deseo de mejorar lazos y enviar una delegación a Seúl, y coincide con el acuerdo entre ambos países para retrasar sus maniobras militares anuales -que el régimen considera como un ensayo de invasión- hasta después de los Juegos.