Los actos de campaña de Lula tendrán más seguridad. Es una decisión tomada de su equipo político luego de dos intentos fallidos de atentado con bombas caseras que generaron mucha preocupación en su entorno.
El primer episodio se produjo en Belo Horizonte cuando en un acto con gobernador local del PSD, Alexandre Kalil, pasó un dron y tiró materia fecal y orina encima de Lula.
El segundo ocurrió en Río de Janeiro con un joven vestido de militante del PT que se infiltró entre los seguidores de Lula y arrojó una botella de plástico con un artefacto explosivo casero que, cuando cayó en el suelo exploto, propagó un olor nauseabundo.
En el lulismo recuerdan lo que pasó con el reciente asesinato de Shinzo Abe en Japón o más atrás en el tiempo con Luis Donaldo Colosio en México en la década del 90. La experiencia colombiana en lo que respecta a asesinatos de líderes de izquierda o amenazas, como pasó durante la campaña de Petro, también está en el radar del ex presidente.
Por eso, fuentes muy cercanas a Lula confirmaron que «las medidas se están tomando. Hay muy pocas personas que tiene el teléfono de Lula y está empezando a usar chalecos antibalas. De todas formas, estos dos hechos obligan a repensar todo el esquema de seguridad».
Las medidas se están tomando. Hay muy pocas personas que tiene el teléfono de Lula y está empezando a usar chalecos antibalas. De todas formas, estos dos hechos obligan a repensar todo el esquema de seguridad.
Cabe recordar el ataque a balazos a la caravana del PT durante la campaña presidencial de 2018 y el asesinato de Marielle Franco como antecedentes de violencia política en Brasil. En este sentido, el equipo del candidato del PT, sumó al general Gonçalves Dias, conocido como la «sombra» de Lula durante sus dos mandatos presidenciales, a formar nuevamente parte del equipo de seguridad del PT.
La preocupación principal es la escalada de violencia que pueda agudizarse durante la campaña con Bolsonaro agitando el fantasma de fraude y promueva escraches y movilizaciones contra Lula. Con el sueudónimo de GDias, el general retirado pasó a compartir la coordinación de la seguridad de Lula con Valmir Moraes, jefe de seguridad desde 2011.
GDias estará enfocado en la seguridad personal de Lula y en especial en el control de los actos de campaña. Según pudo averiguar LPO, la preocupación no es nueva y ya hace dos meses se empezó a reforzar la seguridad del líder del PT, cuando se oficializó su candidatura en un gran evento en São Paulo.
Es un acto simbólico poner un militar. Con GDias mejoró mucho la seguridad de los eventos y trajo nuevas tácticas de inteligencia. GDias ayudó en la elección de los miembros de la Policía Federal que fueron asignados para acompañar a Lula.
«Es un acto simbólico poner un militar. Con GDias mejoró mucho la seguridad de los eventos y trajo nuevas tácticas de inteligencia. GDias ayudó, con Moraes y el equipo legal, en la elección de los miembros de la Policía Federal que fueron asignados para acompañar a Lula a partir de agosto», explicó a LPO un integrante de la campaña del ex presidente.
La fuente explicó que «un mercado de sicarios con conexión con fuerzas de seguridad y algunos elementos de la justicia aumenta el riesgo» y advirtió que «suma al clima de tensión, según la revista Veja, la información que los militares bolsonaristas avalan la teoría de una justicia electoral petista y el fantasma del fraude electoral».