El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ha sido galardonado con elPremio Nobel de la Paz 2016 por «sus esfuerzos para poner fin la guerra civil de más de cincuenta años en el país, una guerra que ha costado la vida a por lo menos 220.000 colombianos y desplazado a seis millones de personas», anunció este viernes en Oslo (Noruega) la presidenta del Comité, Kaci Kullmann Five.
Según el Comité que lo otorga el fallo es «un homenaje al pueblo colombiano que, a pesar de todos los abusos sufridos, no ha perdido la esperanza de lograr una paz justa y a todas las partes que han contribuido a este proceso de paz».
A pesar de que se consideraba que la opción de Colombia estaba desestimada por la no ratificación de los acuerdos de paz en el referénndum del pasado domingo, el Comité noruego ha reconocido los esfuerzos del Presidente Santos y el sufrimiento del pueblo colombiano y trata con este premio de animar a que el proceso de paz continúe.
El Instituto del Nobel de Noruega recibió en el presente año una cifra récord de nominados, 376, de los que 228 correspondían a personas a título individual y 148 a organizaciones.
Aunque la lista de nominados se mantiene en secreto durante 50 años, según las normas de la Academia, siempre se conocen algunos de los nombres por las filtraciones de quienes promueven su candidatura: ganadores de otras ediciones, parlamentarios, gobiernos y profesores universitarios, entre otros. Así se ha podido saber, que entre los candidatos, estaban desde Donald Trump hasta el equipo femenino de la Federación Ciclista de Afganistán, pasando por los artífices del Acuerdo Nuclear de Irán o el Papa Francisco.
El pasado año, el Nobel, al que muchos consideran el «premio más prestigioso del mundo», recayó en el Cuarteto Nacional para el Diálogo de Túnez, una institución formada por sindicatos, empresarios, abogados y organizaciones de derechos humanos que trabajan por fortalecer la democracia en el país africano.
El Comité valoró su «decisiva contribución a la construcción de una democracia pluralista en Túnez en el despertar de la Revolución de los Jazmines».
Desde que se creó en el año 1901, ha habido 129 premiados, en 26 ocasiones ha ido a parar a organizaciones, dos veces se ha repartido entre tres galardonados, lo han recibido dieciséis mujeres y ha sido declarado desierto diecinueve veces, la última en 1972. Tan solo uno de los laureados, el vietnamita Le Duc Tho, negociador del armisticio de la guerra de Vietnam, lo rechazó en 1973, un premio que debía compartir con Henry Kissinger, secretario de estado norteamericano del presidente Richard Nixon. La ganadora más joven fue la paquistaní Malala Yousafzai que lo recibió con diecisiete años, en 2014.
El Nobel de la Paz, dotado con ocho millones de coronas suecas (830.000 euros) más un diploma personal y una medalla, será entregado el próximo 10 de diciembre, fecha en la que murió Alfred Nobel, en el Ayuntamiento de Oslo.
Es el único de los premios que se otorga en Noruega y no en Suecia, por voluntad expresa de Nobel que, tal vez, confió en la independencia del Parlamento Noruego (Storting) y en sus esfuerzos para resolver conflictos a través de la mediación y el arbitraje.
Más de un siglo después de su muerte, sigue siendo el Storting quien nombra a los cinco miembros del Comité que eligen al ganador, que, según dejó escrito Alfred Nobel en su testamento debe ser alguien que «haya hecho más y mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones, por la abolición y la reducción de los ejércitos y por mantener y promocionar los congresos de paz».